Gara
Con doble nacionalidad, británica y estadounidense, Clive Stafford Smith sería un representante perfecto de la coalición que inició la guerra contra Afganistán y la invasión de Irak, pero este abogado comenzó en 2004 su propia batalla por la aplicación de la legalidad internacional en Guantánamo.
Sometiéndose a tortura voluntaria, Clive Stafford Smith se pone en la piel de los ochenta detenidos en Guantánamo a los que representa, y aunque votó por Barack Obama, ve claroscuros en las promesas del presidente estadounidense de cierre de esta prisión.
¿Ha cambiado la situación de los detenidos en Guantánamo con la llegada a la Presidencia de Barack Obama?
He visitado Guantánamo 23 veces, he pasado casi nueve meses allí. La idea de que todo este tema está superado ahora que Obama es presidente y ha decidido cerrar Guantánamo es algo que me molesta. George W. Bush estaba alejado de la realidad y gracias a dios ahora tenemos un presidente cuerdo, pero la idea de que esto se ha acabado es muy preocupante.
Bush declaró, 41 días después de que comenzara la guerra de Irak, que ya habían cumplido su misión. Desde entonces, se han producido más del 96% de las muertes en Irak. Por tanto, no es razonable pensar que la elección de Obama vaya a solucionar los problemas. Hablemos de las cosas de las que Obama no habla, no me malinterprete, yo voté por Obama, pero hay muchas cosas de las que no habla.
Pese a la percepción generalizada de que hay un número enorme de sujetos peligrosos en Guantánamo, la realidad es que son 245 las personas detenidas ahora, a 80 de las cuales represento yo. Es cierto que hay detenidos que estaban en Afganistán haciendo cosas que no deberían, pero estamos hablando de un número pequeño, de unos 40, estamos hablando de menos de un 5%. Sabemos que todo el mundo tiene derecho a un juicio justo, pero en EEUU acaba con la pena de muerte. Y el hecho es que hasta ahora se han juzgado a tan sólo dos personas. La realidad es que es bastante difícil encontrar en Guantánamo gente que haya hecho gran cosa. La gran mayoría no tienen nada que ver con nada.
¿Y cómo se soluciona esta situación?
En este momento, lo que se necesita es buscar una solución a los aproximadamente sesenta prisioneros que podrían haber salido de Guantánamo hace años pero no tienen a dónde ir. Son personas que se encontraban en Pakistán o Afganistán por razones personales y fueron secuestradas y trasladadas a Guantánamo, y ahora no pueden regresar a su país de origen porque provienen de países como China, Argelia, Libia... y son refugiados. El propio Ejército de EEUU reconoce que no suponen una amenaza para nadie, pero no tienen a dónde ir.
Ejecutivos como mi inútil Gobierno británico no están dispuestos a admitir más refugiados, excepto a los ciudadanos británicos, y a otros dos que residían legalmente en el país.
¿Podría hablarnos de alguno de esos casos?
Ahmed Belbacha es un argelino al que en mi oficina se le conoce por el nombre de «30 libras». Ahmed vivía en Bournemouth, al sur de Inglaterra, como refugiado, ya que tuvo que abandonar Argelia porque estaba en el Ejército -el servicio militar es obligatorio en Argelia- y los radicales islámicos le dijeron que iban a ir a por su familia, por lo que desertó. Fue entonces cuando el Gobierno empezó a amenazarle de muerte también. Entonces huyó al Reino Unido y pasó dos años ilegalmente en Bournemouth. Allí trabajó en el hotel en el que se celebró la conferencia del Partido Laborista en 1999, durante la cual se encargó de limpiar la habitación de John Prescott, el ex viceprimer ministro, dándose el caso de que Prescott dejó para Ahmed una propina de 30 libras con una nota felicitándole por el buen trabajo que había hecho. Así pues, hemos solicitado que John Prescott testifique en favor de Ahmed. La cuestión es que el Gobierno británico no le deja regresar al país porque dice que no se encontraba en el país de forma legal anteriormente, lo cual es un razonamiento estúpido.
Otro ejemplo es el de Aiman al Saraf, al que apodamos «Gaza», porque es de donde procede. Es un refugiado palestino, que estaba en Pakistán cuando lo capturaron los americanos. Hace dos años se decidió que no supone ninguna amenaza para nadie. Nos dirigimos a los israelíes para solicitar que pudiera regresar a su país, y nos dijeron que no. Después han arrasado su tierra, por tanto, no tiene ningún sitio a donde ir.
Binyam Mohamed es un ciudadano británico, de Kensington, que trabajaba en el servicio de limpieza del centro sobre el patrimonio musulmán de esa localidad. Fue apresado en Pakistán y de allí lo llevaron a Marruecos, donde pasó año y medio y donde le hicieron cortes con una cuchilla en los genitales. De allí fue trasladado a Kabul, donde continuó su tortura, antes de ser trasladado a Guantánamo.
¿Y qué propone como solución?
Yo quiero que la gente de Europa acoja a individuos como los que he mencionado y los adopte, y cree grupos de presión para que se dé una salida a su situación. Porque una cosa es que Obama diga que va a cerrar Guantánamo y otra es hacerlo, y no puede hacerlo a no ser que países europeos se comprometan a aceptar a individuos como éstos.
¿Qué pasa con los detenidos en prisiones secretas?
Nadie sabe cuántas personas están retenidas en prisiones ilegales por todo el mundo, ni dónde están ubicadas. Se conocen algunas como Camp Elephant en Irak, Camp Eagle, y otras en Bosnia, Jordania, Egipto, Marruecos, la base militar de Estados Unidos en Diego García -un territorio bajo ocupación británica en el Pacífico- y, por lo menos, 32 barcos prisión diseminados por todo el mundo. Se estima que el número de detenidos por la Administración estadounidense en todo el planeta asciende a unos 20.000.
Eso significa que cuando hablamos de Guantánamo, estamos hablando de aproximadamente el 1,2% del número total de prisioneros; el 98,8% restante está en prisiones de las que nadie ha oído hablar. Y muchos de los casos son bastante horribles.
Por ejemplo, cuando Shakh al-Libby fue detenido en noviembre de 2005 se suponía que era el primero de los peces gordos de Al Qaeda en ser arrestado. Fue trasladado a Egipto, donde durante las largas sesiones de tortura con electrodos declaró que Al Qaeda tenía contactos con Irak y las armas de destrucción masiva, algo que George W. Bush utilizó como una de las razones para invadir Irak.
Cuando un grupo de personas importantes fueron trasladadas a Guantánamo en septiembre del 2006, Shakh al Libby no estaba en ese grupo por el simple hecho de que EEUU no quiere que vuelva a ver la luz del día nunca jamás, porque si lo hiciera y hablara con alguien, como un abogado, podríamos escuchar la versión real de los hechos. ¿Que pasó con él? Después de hacerle desaparecer, nosotros le hemos encontrado en una prisión en Libia, muy enfermo.
Guantánamo y las prisiones secretas han creado una nueva dinámica en lo que se refiere a la legalidad internacional.
Es sorprendente toda esa jerga que sale de Guantánamo para encubrir los crímenes que cometen. Por ejemplo, antes aseguraban que no existían menores de edad en Guantánamo, algo que me sorprendía mucho teniendo en cuenta que yo representaba a un chico que tenía 14 años cuando fue capturado en Pakistán. Cuando me encontré con él por primera vez en 2005, los servicios de «inteligencia» todavía no sabían ni su edad, por lo que sugerí que solicitaran un certificado de nacimiento, que demostró que estaba diciendo la verdad y era menor de edad cuando fue capturado. Para evitar problemas, cambiaron la definición de menor, y lo que decidieron es que en el momento en el que se hacía la pregunta debía de ser menor de 16 años.
Simplemente se inventan estas definiciones para ocultar las mentiras, como cuando se habla de la huelga de hambre. Uno de mis clientes ha estado en huelga de hambre desde el 5 de agosto de 2005. Tres años y medio durante los cuales le han estado alimentado por la fuerza a diario. Lo que hacen es introducirle un tubo de 125 centímetros de longitud por la nariz dos veces al día y sacárselo cada vez, porque quieren hacer «incómodo» el declararse en huelga de hambre, quieren que sea doloroso. Pero niegan que se produzca una alimentación forzosa y cuando les insistes, te contestan que lo que se hace es «alimentación asistida intensificada».
Ocurre los mismo con el término tortura. En Guantánamo no existe la tortura, lo que hay son «técnicas de interrogatorio mejoradas». La Gestapo ya utilizó este término para referirse a la tortura.
Lo mismo ocurre con la palabra rendition para referirse a los secuestros. Ya se hacía durante la Administración Clinton y mucho antes.
A aquellos que piensan que el haber elegido a Obama es suficiente para acabar con este tipo de prácticas, les diría que están equivocados: los demócratas lo han estado haciendo y no hay ninguna indicación de que vayan a dejar de hacerlo.
«Un sistema legal donde es normal basar las actuaciones judiciales en mentiras asusta mucho»
Clive Stafford Smith es uno de los fundadores de Reprieve, una ONG que trabaja ofreciendo ayuda legal gratuita a acusados de delitos por los que pueden ser condenados a la pena de muerte.
¿Cómo describiría su trabajo para Reprieve?
No hay nada peor que trabajar en el corredor de la muerte. Cuando estás envuelto en casos de pena de muerte, el problema es que siempre hay un pobre hombre pudriéndose en alguna celda por algo que seguramente ha hecho, al que, si se le ofrece la oportunidad de salir libre si inculpa a alguien a quien ni siquiera conoce, lo va aceptar.
¿Continúa teniendo tanto peso la cuestión racial?
Yo represento a más de 300 presos en el corredor de la muerte en EEUU, la mayoría de ellos de raza negra, por supuesto. Y el caso es que incluso en los años 90, mientras estaba actuando como defensa en un caso en el que se solicitaba la pena de muerte en el Estado de Mississippi, los testigos no acudían si la vista se celebraba después de la puesta de sol, porque el sheriff era un sujeto que se había hecho famoso por meter tenedores por la nariz a los que trabajaban por los derechos civiles.
¿Cuál es la actitud de la Policía?
Lo cierto es que en el pasado los policías iban a los juicios a ver si colaba una mentira, y así lo decían. La verdad es que asusta mucho cuando te estás enfrentando a un sistema donde es normal basar las actuaciones en mentiras.
¿Qué espera del nuevo Gobierno?
Espero que Obama continúe el camino que empezó en el Estado de Illinois cuando era senador. Logró que se cambiaran las leyes de manera que se trataran de evitar en lo posible los casos de condenas de inocentes y se incluyera la obligación de grabar los interrogatorios de las personas detenidas por delitos penados con la pena capital.
El preso mas famoso en el corredor de la muerte a nivel internacional es Mumia Abu Jamal, ¿se pueden esperar cambios en su caso?
Parece que podría esperarse un nuevo juicio.
Sometiéndose a tortura voluntaria, Clive Stafford Smith se pone en la piel de los ochenta detenidos en Guantánamo a los que representa, y aunque votó por Barack Obama, ve claroscuros en las promesas del presidente estadounidense de cierre de esta prisión.
¿Ha cambiado la situación de los detenidos en Guantánamo con la llegada a la Presidencia de Barack Obama?
He visitado Guantánamo 23 veces, he pasado casi nueve meses allí. La idea de que todo este tema está superado ahora que Obama es presidente y ha decidido cerrar Guantánamo es algo que me molesta. George W. Bush estaba alejado de la realidad y gracias a dios ahora tenemos un presidente cuerdo, pero la idea de que esto se ha acabado es muy preocupante.
Bush declaró, 41 días después de que comenzara la guerra de Irak, que ya habían cumplido su misión. Desde entonces, se han producido más del 96% de las muertes en Irak. Por tanto, no es razonable pensar que la elección de Obama vaya a solucionar los problemas. Hablemos de las cosas de las que Obama no habla, no me malinterprete, yo voté por Obama, pero hay muchas cosas de las que no habla.
Pese a la percepción generalizada de que hay un número enorme de sujetos peligrosos en Guantánamo, la realidad es que son 245 las personas detenidas ahora, a 80 de las cuales represento yo. Es cierto que hay detenidos que estaban en Afganistán haciendo cosas que no deberían, pero estamos hablando de un número pequeño, de unos 40, estamos hablando de menos de un 5%. Sabemos que todo el mundo tiene derecho a un juicio justo, pero en EEUU acaba con la pena de muerte. Y el hecho es que hasta ahora se han juzgado a tan sólo dos personas. La realidad es que es bastante difícil encontrar en Guantánamo gente que haya hecho gran cosa. La gran mayoría no tienen nada que ver con nada.
¿Y cómo se soluciona esta situación?
En este momento, lo que se necesita es buscar una solución a los aproximadamente sesenta prisioneros que podrían haber salido de Guantánamo hace años pero no tienen a dónde ir. Son personas que se encontraban en Pakistán o Afganistán por razones personales y fueron secuestradas y trasladadas a Guantánamo, y ahora no pueden regresar a su país de origen porque provienen de países como China, Argelia, Libia... y son refugiados. El propio Ejército de EEUU reconoce que no suponen una amenaza para nadie, pero no tienen a dónde ir.
Ejecutivos como mi inútil Gobierno británico no están dispuestos a admitir más refugiados, excepto a los ciudadanos británicos, y a otros dos que residían legalmente en el país.
¿Podría hablarnos de alguno de esos casos?
Ahmed Belbacha es un argelino al que en mi oficina se le conoce por el nombre de «30 libras». Ahmed vivía en Bournemouth, al sur de Inglaterra, como refugiado, ya que tuvo que abandonar Argelia porque estaba en el Ejército -el servicio militar es obligatorio en Argelia- y los radicales islámicos le dijeron que iban a ir a por su familia, por lo que desertó. Fue entonces cuando el Gobierno empezó a amenazarle de muerte también. Entonces huyó al Reino Unido y pasó dos años ilegalmente en Bournemouth. Allí trabajó en el hotel en el que se celebró la conferencia del Partido Laborista en 1999, durante la cual se encargó de limpiar la habitación de John Prescott, el ex viceprimer ministro, dándose el caso de que Prescott dejó para Ahmed una propina de 30 libras con una nota felicitándole por el buen trabajo que había hecho. Así pues, hemos solicitado que John Prescott testifique en favor de Ahmed. La cuestión es que el Gobierno británico no le deja regresar al país porque dice que no se encontraba en el país de forma legal anteriormente, lo cual es un razonamiento estúpido.
Otro ejemplo es el de Aiman al Saraf, al que apodamos «Gaza», porque es de donde procede. Es un refugiado palestino, que estaba en Pakistán cuando lo capturaron los americanos. Hace dos años se decidió que no supone ninguna amenaza para nadie. Nos dirigimos a los israelíes para solicitar que pudiera regresar a su país, y nos dijeron que no. Después han arrasado su tierra, por tanto, no tiene ningún sitio a donde ir.
Binyam Mohamed es un ciudadano británico, de Kensington, que trabajaba en el servicio de limpieza del centro sobre el patrimonio musulmán de esa localidad. Fue apresado en Pakistán y de allí lo llevaron a Marruecos, donde pasó año y medio y donde le hicieron cortes con una cuchilla en los genitales. De allí fue trasladado a Kabul, donde continuó su tortura, antes de ser trasladado a Guantánamo.
¿Y qué propone como solución?
Yo quiero que la gente de Europa acoja a individuos como los que he mencionado y los adopte, y cree grupos de presión para que se dé una salida a su situación. Porque una cosa es que Obama diga que va a cerrar Guantánamo y otra es hacerlo, y no puede hacerlo a no ser que países europeos se comprometan a aceptar a individuos como éstos.
¿Qué pasa con los detenidos en prisiones secretas?
Nadie sabe cuántas personas están retenidas en prisiones ilegales por todo el mundo, ni dónde están ubicadas. Se conocen algunas como Camp Elephant en Irak, Camp Eagle, y otras en Bosnia, Jordania, Egipto, Marruecos, la base militar de Estados Unidos en Diego García -un territorio bajo ocupación británica en el Pacífico- y, por lo menos, 32 barcos prisión diseminados por todo el mundo. Se estima que el número de detenidos por la Administración estadounidense en todo el planeta asciende a unos 20.000.
Eso significa que cuando hablamos de Guantánamo, estamos hablando de aproximadamente el 1,2% del número total de prisioneros; el 98,8% restante está en prisiones de las que nadie ha oído hablar. Y muchos de los casos son bastante horribles.
Por ejemplo, cuando Shakh al-Libby fue detenido en noviembre de 2005 se suponía que era el primero de los peces gordos de Al Qaeda en ser arrestado. Fue trasladado a Egipto, donde durante las largas sesiones de tortura con electrodos declaró que Al Qaeda tenía contactos con Irak y las armas de destrucción masiva, algo que George W. Bush utilizó como una de las razones para invadir Irak.
Cuando un grupo de personas importantes fueron trasladadas a Guantánamo en septiembre del 2006, Shakh al Libby no estaba en ese grupo por el simple hecho de que EEUU no quiere que vuelva a ver la luz del día nunca jamás, porque si lo hiciera y hablara con alguien, como un abogado, podríamos escuchar la versión real de los hechos. ¿Que pasó con él? Después de hacerle desaparecer, nosotros le hemos encontrado en una prisión en Libia, muy enfermo.
Guantánamo y las prisiones secretas han creado una nueva dinámica en lo que se refiere a la legalidad internacional.
Es sorprendente toda esa jerga que sale de Guantánamo para encubrir los crímenes que cometen. Por ejemplo, antes aseguraban que no existían menores de edad en Guantánamo, algo que me sorprendía mucho teniendo en cuenta que yo representaba a un chico que tenía 14 años cuando fue capturado en Pakistán. Cuando me encontré con él por primera vez en 2005, los servicios de «inteligencia» todavía no sabían ni su edad, por lo que sugerí que solicitaran un certificado de nacimiento, que demostró que estaba diciendo la verdad y era menor de edad cuando fue capturado. Para evitar problemas, cambiaron la definición de menor, y lo que decidieron es que en el momento en el que se hacía la pregunta debía de ser menor de 16 años.
Simplemente se inventan estas definiciones para ocultar las mentiras, como cuando se habla de la huelga de hambre. Uno de mis clientes ha estado en huelga de hambre desde el 5 de agosto de 2005. Tres años y medio durante los cuales le han estado alimentado por la fuerza a diario. Lo que hacen es introducirle un tubo de 125 centímetros de longitud por la nariz dos veces al día y sacárselo cada vez, porque quieren hacer «incómodo» el declararse en huelga de hambre, quieren que sea doloroso. Pero niegan que se produzca una alimentación forzosa y cuando les insistes, te contestan que lo que se hace es «alimentación asistida intensificada».
Ocurre los mismo con el término tortura. En Guantánamo no existe la tortura, lo que hay son «técnicas de interrogatorio mejoradas». La Gestapo ya utilizó este término para referirse a la tortura.
Lo mismo ocurre con la palabra rendition para referirse a los secuestros. Ya se hacía durante la Administración Clinton y mucho antes.
A aquellos que piensan que el haber elegido a Obama es suficiente para acabar con este tipo de prácticas, les diría que están equivocados: los demócratas lo han estado haciendo y no hay ninguna indicación de que vayan a dejar de hacerlo.
«Un sistema legal donde es normal basar las actuaciones judiciales en mentiras asusta mucho»
Clive Stafford Smith es uno de los fundadores de Reprieve, una ONG que trabaja ofreciendo ayuda legal gratuita a acusados de delitos por los que pueden ser condenados a la pena de muerte.
¿Cómo describiría su trabajo para Reprieve?
No hay nada peor que trabajar en el corredor de la muerte. Cuando estás envuelto en casos de pena de muerte, el problema es que siempre hay un pobre hombre pudriéndose en alguna celda por algo que seguramente ha hecho, al que, si se le ofrece la oportunidad de salir libre si inculpa a alguien a quien ni siquiera conoce, lo va aceptar.
¿Continúa teniendo tanto peso la cuestión racial?
Yo represento a más de 300 presos en el corredor de la muerte en EEUU, la mayoría de ellos de raza negra, por supuesto. Y el caso es que incluso en los años 90, mientras estaba actuando como defensa en un caso en el que se solicitaba la pena de muerte en el Estado de Mississippi, los testigos no acudían si la vista se celebraba después de la puesta de sol, porque el sheriff era un sujeto que se había hecho famoso por meter tenedores por la nariz a los que trabajaban por los derechos civiles.
¿Cuál es la actitud de la Policía?
Lo cierto es que en el pasado los policías iban a los juicios a ver si colaba una mentira, y así lo decían. La verdad es que asusta mucho cuando te estás enfrentando a un sistema donde es normal basar las actuaciones en mentiras.
¿Qué espera del nuevo Gobierno?
Espero que Obama continúe el camino que empezó en el Estado de Illinois cuando era senador. Logró que se cambiaran las leyes de manera que se trataran de evitar en lo posible los casos de condenas de inocentes y se incluyera la obligación de grabar los interrogatorios de las personas detenidas por delitos penados con la pena capital.
El preso mas famoso en el corredor de la muerte a nivel internacional es Mumia Abu Jamal, ¿se pueden esperar cambios en su caso?
Parece que podría esperarse un nuevo juicio.