"A woman a man walked by", PJ Harvey & John Parish (2009)


KEPA ARBIZU
Lumpen




Hace trece años que John Parish dejó de ser “únicamente” multiinstrumentista y productor de PJ Harvey para convertirse, desde ese momento, en coautor de canciones. Como es lógico, él se encargaba de la parte musical y ella ponía la letra y voz.

En esa época, el año 1996, editaron "Dance hall at louse point", disco repleto de cambios de ritmos, diferentes entonaciones de voz y un sinfín de “ruidos” que aparecían a lo largo del trabajo. El resultado final era algo deslavazado y carente de la fuerza esperada, precisamente por eso, su intento de acaparar demasiadas formas no acababa de resultar atractivo.

“A woman a man walked by”, al igual que su predecesor, nace justo después de que Parish haga las labores de producción para la cantante inglesa. Si hace años se editaba tras "Bring me your love", en esta ocasión, surge a rebufo del “White Chalk”.

PJ ha demostrado, según el transcurso de los años, que no es una persona que esté cómoda encerrada en unos mismos límites a la hora de componer. En sus propias palabras, se sentía morir cuando entraba en esa época de composición automática donde le salían canciones con aparente facilidad.

No hay más que echar un vistazo a sus últimos discos, para ver cómo ha ido saltando de formato en formato. Si hace tres años sacaba "Uh Huh her", un disco contundente, guitarrero y directo, su último en solitario, "White Chalk", era minimalista, más trágico y con el piano como elemento canalizador. Tras éste, ahora llega la colaboración con Parish.

Todo surge con el tema elegido como single, “Black hearted love". Buena composición, muy rockera y cantada de una manera limpia, lo que le haría encajar perfectamente en el "Stories from the city, stories from the sea". Aun siendo el adelanto, no es para nada significativo de lo que encontramos al desmenuzar el disco. Según vamos avanzando aparecen diferentes “sensaciones”. Hay un empleo de excesiva instrumentación, lo que da sensación de saturación, y como ya pasara en su anterior disco conjunto, no ayuda a construir unos mimbres sólidos. “Sixteen, fifteen, fourteen"” es una de las más conseguidas, se trata de un ritmo tortuoso, acompañado de una voz ansiosa junto al acompañamiento de mandolina y unas palmas que van incrementando su intensidad. “Leaving california”, "The soldier" y "April", encarnan los momentos más tranquilos, sin mucha orquestación y cantadas con fragilidad. Poco más interesante vamos a encontrarnos, muy al contrario nos topamos con algunos disparates como “The chair”, saturadísima de sonidos y nada atractiva. Algo parecido sucede con las exageradísimas "Pig will not" y " A woman a man walked by/The crow knows where all the little children go", donde aparecen guitarras chirriantes y PJ canta desafiante y violenta casi pareciendo activista del movimiento "riot girl".

Así pues, la suma de todas sus canciones no da un resultado demasiado satisfactorio, hay momentos que piden nuestra atención pero no es suficiente para lo que se espera de PJ Harvey. Es lo que tiene estar en continuo cambio y buscando nuevas salidas, a veces una pierde el rumbo y toma el camino equivocado o poco afortunado.