"Wilco (The album)", Wilco (2009)


KEPA ARBIZU
Lumpen




Existen dos caminos para llegar a la afirmación de que Wilco es una de las bandas más importantes hoy por hoy. Una de ellas se basa en que han logrado como pocos aglutinar todo la herencia del rock americano (lo que va por ejemplo desde Dylan a los Rolling stones) en su sonido, como demuestra su obra cumbre e imprescindible, “Being there”. Para otros sin embargo, la grandeza de Tweedy y su gente se basa en casi lo contrario, en haber sobrepasado los márgenes de los cánones clásicos e investigar otras sonoridades, llegando a crear algo como “A ghost is born”.

Personalmente me quedo con la primera opción, su discografía hasta “Summerteeth”, éste incluido, recapitula la mejor herencia del rock y la actualiza de manera magistral. A partir de ahí, sus experimentaciones les hacen perder su genialidad. El hecho de innovar no necesariamente significa sugestionar al oyente. Y éste es el caso. Pero claro, todo esto hace que el abanico de fans que tiene el grupo sea inmenso, ya sea por una cosa u otra, están situados en un pedestal, y por una vez con total merecimiento.

Su anteúltimo trabajo, “Sky blue sky”, daba indicios de que su carrera parecía encaminarse de nuevo sobre registros más clásicos. Se trataba de un buen álbum que contenía algunos temas que irremediablemente entraban en la lista de esenciales de la banda, como es el caso de “Impossible Germany”. Pero con la llegada de su nuevo disco, “Wilco (the album)”, esa dirección que se intuía queda, cuanto menos, interrumpida.

Para su elaboración han contado con Jim Scott , habitual colaborador, al que le ha acompañado el propio grupo en lo referente a la producción. En sus propias palabras la grabación ha sido menos directa, más elaborada que en su anterior, cosa que queda latente nada más escuchar ambos trabajos.

El título tan genérico del disco responde a la sensación de plenitud que tienen, se encuentran, según ellos, en su momento más centrado, por lo tanto más representativo, y con una formación estable como no lo habían tenido en los pasados años. No seré yo quien les lleve la contraria, pero desde luego no es ninguna buena noticia que el sonido que desprende su nuevo trabajo sea el exacto, el más certero, según su visión.

El problema surge cuando vamos desgranando las canciones y nos encontramos que hay un buen número de ellas que resultan mediocres, siempre teniendo en cuenta el listón al que nos tienen acostumbrados desde el inicio. Una producción convencional, un sonido muy limpio, demasiado, y un sin fin de añadiduras en forma de sonidos, hacen que ni “Wilco (the song)” , a pesar de la buena labor en las guitarras de Nels Cline, ni “Bull black nova”, ni el dueto con Leslie Feist en la melodía poco más que agradable de “You and I”, consigan un resultado reseñable.

El sonido “beatle” tiene un espacio muy importante en el disco, más que en ninguna otra ocasión, así que ya sea de la mano de Lennon, “Everlasting everything”, de la de George Harrison, “You never know”, o construyendo una melodía luminosa, “Sonny feeling” , los de Liverpool sirven de inspiración para lograr un buen resultado. Pero por encima de todas hay un par de temas que verdaderamente sí son dignos de destacar, “Country disappeared” y “One wing”, son dos medios tiempos, muy en su estilo clásico, y que sirven como muestra de que es en estos ambientes donde mejor se desenvuelven con diferencia.

El problema no es si es buen disco o no, que juzgado en abstracto habría que decir que es más que aceptable. El tema es que hablamos de Wilco, y estamos en la obligación de exigirles un nivel más alto. De momento sólo se puede decir que crea cierta desorientación, es difícil posicionarse, comparándole con su predecesor, por dónde irá el siguiente y por lo tanto, el grupo y su música. Sólo esperemos que vuelvan a encandilarnos como suele ser habitual.