Mike Vernon siempre tuvo tanto blues


ALFREDO ROSSO
Con-secuencias




Es cierto. Aunque sea una figura prácticamente desconocida en la Argentina, el inglés Mike Vernon fue el máximo estratega de la llamada “segunda generación de blues blanco británico”, que se extendió más o menos desde 1966 a 1972 y que dejó a su paso una muy rica discografía, a cargo de bandas que hoy día son leyenda, como las primeras ediciones de los Bluesbreakers de John Mayall (con Eric Clapton, Peter Green y Mick Taylor, respectivamente), el Fleetwood Mac original, Savoy Brown, Chicken Shack y Ten Years After, por nombrar sólo algunos de los grupos que Mike Vernon tuvo la gracia de producir y alentar, trabajando como independiente para discográficas como Decca o desde su propio sello grabador, Blue Horizon.

Se ha dicho muchas veces que los blues tuvieron un hijo y se llamó rock and roll, pero lo que no se ha analizado en su justa medida todavía es hasta qué punto el blues original del Delta del Mississippi y su primo hermano, el blues eléctrico de Chicago, fueron una influencia persistente en la escena británica de los años ’60. Muchos saben que hubo una primera camada de ingleses que adoraban esa música y la adoptaron como expresión de sus propios anhelos, frustraciones y esperanzas. Esa primera legión de bluesmen ingleses tuvo a los Rolling Stones, The Pretty Things, Yardbirds y Animals como hijos dilectos, vía ese gran catalizador que fue Alexis Korner.

No obstante, cuando a mediados de los ’60 el blues inglés, combinado con el rock y el pop afiló sus uñas para doblar la apuesta y transformarse en rock progresivo, hubo también una segunda camada de bluesmen que salieron al ruedo, afirmándose en la influencia pionera de los Bluesbreakers de John Mayall, por un lado, y del trío Cream por el otro. A esta altura, hacía falta un productor que le tuviese fe a la movida y que fuese capaz de editar o hacer editar los discos que estos artistas, tan prolíficos como idealistas, se desvivían por grabar. Y allí entró a tallar la figura decisiva de Mike Vernon.

Vernon nació el 20 de noviembre de 1944 Harrow, Middlesex, un condado que se encuentra en la parte norte del Gran Londres, el aglomerado suburbano que rodea a la capital inglesa. Después de probar suerte él mismo como músico a principios de los ’60, Vernon comenzó a trabajar para el sello Decca (la compañía que rechazó a los Beatles y contrató a los Rolling Stones) en 1963 y se metió en el campo de la producción discográfica con un álbum de un pianista y cantante de blues llamado Curtis Jones, proveniente de Texas, proyecto al que luego le sumó trabajos con bluesmen más conocidos, como Champion Jack Dupree y Otis Spann. Y en el momento en que Eric Clapton dejó a los Yardbirds para unirse a los Bluesbreakers de John Mayall, Vernon estuvo allí también para producir el álbum que marcó un antes y un después en la historia del blues Británico: “Bluesbreakers”, aparecido en 1966, sigue teniendo cuarenta y tres años más tarde la frescura y el dinamismo del primer día y más allá de la incuestionable calidad artística de los músicos involucrados, hay que darle crédito a Vernon por ese sonido cristalino y a la vez poderoso que emana de sus surcos.

Vernon también estuvo en la silla de productor para asistir el alumbramiento de “A Hard Road”, el siguiente album de los Bluesbreakers, ya con Peter Green ocupándose de la primera guitarra. Y precisamente su cercanía con músicos claves como Green, el bajista John McVie y el baterista Mick Fleetwood, iban a ser decisivos en el lanzamiento del grupo Fleetwood Mac, al que Vernon le produjo sus primeros álbumes, en una vena netamente blusera, a través de su flamante sello Blue Horizon. De esta época provienen clásicos como “Albatross”, “Black magic woman”, “I need your love so bad” y “Man of the world”, temas que –aunque estrictamente hablando se apartan de la ortodoxia blusera- siguen conservando al blues como principal fuente de inspiración y referencia.

Desde Blue Horizon, Vernon desarrolló también la carrera de Chicken Shack, que contaba en sus filas al notable cantante y guitarrista Stan Webb y a la pianista y cantante Christine Perfect, cuyos futuros lazos matrimoniales con el bajista John McVie le alterarían el apellido y la harían pasarse al bando de Fleetwood Mac, no sin antes dejar registrado un soberbio álbum solista en la etiqueta de Vernon. El productor también fue importante en el lanzamiento de Savoy Brown, la banda capitaneada por el guitarrista Kim Simmons, quien más tarde emigraría a Deram (uno de los grandes sellos progresivos de los ‘70s) pero que igualmente seguirían fuertemente ligados a la figura de Vernon, quien les produciría discos importantes como “Shake Down”, “Getting to the Point” “Blue Matter” y “A Step Further” .

Mientras continuaba vinculado a John Mayall a lo largo de álbumes como “Crusade”, “Bare Wires” y “Blues from Laurel Canyon” –ya con Mick Taylor a cargo de la guitarra- Vernon estimuló también el despegue de otro grupo capital en la segunda ola de blues inglés, Ten Years After, liderado por el guitarrista, cantante y compositor Alvin Lee. El cuarteto tenía una especial sensibilidad y destreza para combinar en su repertorio el blues y el rock con un fuerte elemento de jazz. Lee tampoco era reacio a desarrollar su costado más calmo con buenas baladas y ocasionales acercamientos al campo del folk. Vernon estuvo allí para producirles el exquisito debut “Ten Years After” en 1967 y también colaboró en posteriores esfuerzos como “Undead”, “Stonedhenge” y “Alvin Lee & Company”.

La labor de Mike Vernon como productor se destacó especialmente en el campo del blues pero no fue lo único que hizo: fue el productor del álbum debut de David Bowie para Decca, un disco que todavía no ha sido apreciado en su verdadera magnitud donde Bowie, con notables arreglos musicales, sobresale como un cantautor sensible y hasta por momentos dramático, a la manera de un Jacques Brel o un Scott Walker. El ex dueño de Blue Horizon también siguió de cerca la carrera del grupo progresivo holandés Focus, trabajando en álbumes como “Moving Waves”, “Ship of Memories” y “Focus con Proby”. Sin embargo, su instinto blusero reapareció con una nueva generación de músicos y fue así como estuvo cerca de Dr. Feelgood, cuando la banda de pub-rock y rhythm and blues registró “Let It Roll” y “Mad Man Blues” en 1979 y 1986, respectivamente.

Bob Brunning, primer bajista de Fleetwood Mac y autor del libro “Blues – The British Connection”, dio perfecta definición de la personalidad del productor al recordar su primer encuentro con él. “Lo que más me impresionó cuando entré por primera vez a un estudio de grabación y conocí a Mike Vernon, en los días de Fleetwood Mac, fue su tremenda energía y entusiasmo. Y esa excitación juvenil y el consiguiente amor por la música nunca lo han abandonado.”