Dion Dimucci, el Frank Sinatra del rock and roll


RAGTIME WILLIE
Requesound




He dudado sobre incluir a este gigante en el cuarto oscuro, tan poco poblado últimamente. Pero, después de darle algunas vueltas, he decidido incluirle. Mi principal razonamiento es que este hombre fue arrolladoramente popular en Estados Unidos, pero no así en este país nuestro, todavía un tanto aislado en lo que a historia musical se refiere. País de desmemoriados, por otra parte. Pero eso daría para otra temática y otras polémicas.

Presumo que, si a un jovenzuelo de, digamos, 25 años, le preguntas por Dion Dimucci, probablemente te responda calibrando entre incluirle en la nómina de actores de los Soprano o en meterle en el reparto de Scarface.

“En Nueva York, si vivías en una comunidad ítaloamericana, el código de la calle era respeto y reputación. Cuando cantaba una canción como “I’m So Lonesome I Could Cry”, no molestaba a mis amigos, pero si verbalizaba lo que les estaba cantando y les decía que me sentía solo y confuso….entonces, recibías un puñetazo en la cara”.

Dimucci pronto salió del Bronx para introducirse en el mundo de la música. Hijo de la calle, del asfalto y de la dura vida en el Bronx, Dimucci personificaba una curiosa mezcla de R&B, blues y doowop y la expresaba a través de su prístina y enérgica voz.

Comenzó con un grupo respaldando su voz, los Belmonts, y en 1958, cuando Dion contaba con 19 añitos, el éxito llegó a manos llenas. El lado oscuro se manifestaba en la temprana adicción de Dion a la heroína. Jugueteaba con ella desde que tenía 14 años.

Saboreando las mieles del éxito Dion y los Belmonts se fueron de gira con Buddy Holly, Richie Valens y The Big Bopper durante el invierno de 1959. El propio Dion pudo haber muerto en el accidente que segó la vida de Holly y Valens, ese día en el que para muchos, murió la música.

A finales de los cincuenta, los ídolos adolescentes, los “teenagers in love” se repartían las listas de éxitos. Dion & The Belmonte fueron etiquetados como tales, sin embargo, la expresividad de Dion bordeaba territorios autodestructivos y sus modulaciones vocales remitían al blues, al Rhythm and Blues…..y, por si fuera poco, Dion era un fabuloso guitarrista y compositor. Era mucho más que un ídolo de jovencitas. Y así habría de demostrarlo.

Agrias disputas con sus Belmonts (causadas, en su mayoría, por los lamentables estados de Dion provocados por la heroína) hacen que Dion se vaya del grupo y camine en solitario. Y demuestra que no necesita a un grupo vocal para tapar sus supuestas carencias. Con “The Wanderer” se apunta un número uno incontestable, lo que le lleva a firmar por Columbia garantizándole la suculenta suma de 100.000 dólares al año.

Sin embargo, la llegada de los Beatles a Estados Unidos, además de cambiar la vida de muchos jóvenes norteamericanos – que se lo digan a Rogher McGuinn, por ejemplo -, arruinó la trayectoria artística de Dimucci. El desarraigo de Dion, su falta de perspectivas, agravan su temprana dicción al caballo. Su descenso a los infiernos dura la friolera de cinco años.

“1967 fue el período más oscuro y más emocional de mi vida. Era el infierno en la tierra y me di cuenta de que me encontraba a las mismísimas puertas de la muerte. Solía colocarme con Frankie Lymon. Compartíamos jeringuilla, era bastante lamentable. Un día estaba colocado en un sótano y vi la figura del diablo. No se si fue una alucinación, una ilusión o qué, pero estaba de pie delante de mi”.

En febrero de 1968, Frankie Lymon muere de una sobredosis en casa de su abuela en Harlem. Solamente contaba 26 años. Dion escapa a Florida y según sus propias palabras encontró la fe. Este mismo año, graba su estupendo álbum de resurrección, ahora convertido en un autor folk, titulado sencillamente “Dion”. Con este álbum, Dion coloca su primer éxito en cinco años “Abraham, Martin and John”.

En 1974, Phil Spector, el genial productor que definió el sonido pop de los primeros sesenta, se lanza sobre Dimucci proponiéndole la producción de su siguiente álbum. El resultado es un álbum denostado por el propio Dion: “Las sesiones de grabación fueron un circo. Teníamos a Sonny Bono y a Cher en la mesa de mezclas, 10 guitarristas, Spector ejecutando su rutina circense y barroca…todo el álbum me suena a una marcha funeraria. No creo que haya cantado ninguna de las canciones del álbum en mi casa”. El álbum “Born To be With You”, con el paso del tiempo se ha convertido en un álbum de culto, sobre todo entre los colegas músicos de Dion. Pete Townshend lo cita siempre como uno de sus álbumes favoritos de todos los tiempos. El yonqui que grita a Dios, suplicándole redención……cliché absolutamente negado por el propio Dion. Pero el rock and roll es así: repleto de mitos.

En los últimos años, Dion ha publicado discos deslumbrantes, volcados en sus raíces: el blues. Y ha recuperado, de manera prodigiosa su excepcional dote como guitarrista, preferentemente acústico. Su último discazo fue “Bronx In Blue”, una rendición absolutamente fascinante de clásicos del blues. En la portada del disco se puede ver a Dimucci cn una Gibson con cuerdas de metal, su primera guitarra regalada por su tío.

“Hice un concierto en Bruselas, en 1962, con una big band. Después de mi regreso a EEUU, me dije: voy a tocar mi guitarra, que se jodan todos. Desde entonces, sigo tocando mi guitarra como principal fuente de inspiración”.

Dejemos que Lou Reed, un declarado admirador del itliano del Bronx, concluya con sus palabras este pequeñísimo homenaje:

“Está dentro de mi cuerpo y de mi cabeza para siempre. Siempre he esperado ansioso cualquier canción nueva en la que cantara él. Después de todo, él es auténtico. Una de las voces más originales e inspiradas que han surgido de la ciudad de Nueva York. Y, en su corazón él es rhythm and blues y country, vamos, lo que llamamos rock and roll”.

Sin embargo, Dion Dimucci son palabras mayores. Símbolo de ítaloamericanos (podríamos atrevernos a decir, que Dion fue un equivalente a Frank Sinatra, en el mundo del rock y doo wop), Dion fue un tipo duro en el Bronx neoyorquino, miembro de The Foldham Baldies, una banda de italianos que luchaban contra los negros, los latinos y los propios latinoamericanos de bandas rivales.