Las rentas del capital a salvo


Otra reforma fiscal de derechas


PEDR Mª DE PALACIO
Rebelión




Cuando un político habla de subir o bajar los impuestos, así, en abstracto, está confesando que es un político de derechas. Lo mismo que si afirma que “bajar impuestos es de izquierdas”. Y este es el paradigma de la política fiscal española en el marco de la Transición, especialmente una vez que la crisis económica del país toca fondo en 1993 por las políticas neoliberales de los sucesivos Gobiernos que tuvieron como consecuencia la inexistencia de un sector productivo, la reconversión del modelo agrícola y ganadero que está llevando a su destrucción, la reconversión del mercado laboral precarizado y no responsable socialmente por parte del empresariado, etc. Nunca tuvimos una fiscalidad realmente progresiva, pero es que incluso en los últimos quince años estamos retrocediendo en este ámbito respecto a los Pactos de la Moncloa.

El fundamento de esta nueva reforma fiscal es que su impacto recaudatorio anual es de 10.950 millones de euros, cifra que a su vez tiene su fundamento en que dicha cifra será recaudada en casi el 90% de entre la población en general, es decir, de los mileuristas, pensionistas, trabajadores en general, etc.

1. Para empezar hay que decir que es cierto que la medida de los 400 € no era progresiva, en consecuencia era injusta y encaminada a un “adelgazamiento del Estado” como elemento de intervención pública en la economía (4.000 millones de euros), y en consecuencia negativa para la clase trabajadora. Pero a su vez ahora que se elimina la medida no es lo mismo el efecto para una renta baja que para una renta alta, y en consecuencia su eliminación tal cual vuelve a ser una medida de derechas, porque con un 63 % de trabajadores mileuristas en el país y con nuestra situación económica sería perfectamente lógico que a este sector de la población se le hiciese una rebaja fiscal progresiva a la vez que como se ha hecho en Gran Bretaña se sube la fiscalidad en clave progresiva a las rentas más altas. Por lo tanto la medida en origen es nociva desde una perspectiva de clase, pero sí que ahora se debería haber afrontado su eliminación de otra forma como la que comento.

2. La subida del tipo general del IVA del 16 % al 18 % y del tipo reducido del 7 % al 8 %, manteniendo el tipo reducido al 4 %, con el objetivo de recaudar 5.150 millones de euros es la medida estrella para la erosión del poder adquisitivo de los salarios, ya que van a ser las rentas del trabajo las más afectadas con dicha medida, de cuyos los bolsillos van a salir la mayoría de la mencionada cifra. Consecuentemente estamos contribuyendo a potenciar una fiscalidad regresiva y a un aumento de la proporción que aportan las rentas del trabajo a las arcas del Estado, siendo ya España uno de los países de la UE donde más descompensada está la balanza en este sentido.

3. Y por último vamos a hablar de la presunta subida de impuestos a las rentas del capital, la cual no puede ser una afirmación más engañosa si de verdad pensamos que la medida tiene alguna profundidad y por el contrario no es un gesto de cara a la galería por parte del Gobierno para justificarse ante un electorado que cada vez le ve más lejano.

La medida consiste en una subida para todos (Repito, para todos) del 18 % al 19 % del gravamen de las rentas del ahorro para los primeros 6.000 €, y el resto al 21 %. La realidad es que el Gobierno espera recaudar con esta medida 800 millones de euros, de los cuales ¡¡ según la propia Ministra Elena Salgado ¡¡ sólo unos 430 millones de euros serán de los que declaran por encima de los 6.000 €, es decir, que la otra mitad será pagada por los que declaran ingresos por rendimiento de ahorro inferiores a los 6.000 €, que son la inmensa mayoría. La conclusión de esta medida es que las rentas del capital siguen a buen resguardo, y que el capitalismo ha vuelto a ganar otra batalla a los intereses sociales de la inmensa mayoría de la sociedad.

Y la Izquierda ha vuelto a perder otra batalla. Las SICAV (Una de las mayores vergüenzas del Reino) siguen a salvo, el Impuesto de Patrimonio y el Impuesto de Actividades Económicas parecen historia, las exenciones en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones están entronizadas, una reforma fiscal progresiva del IRPF es un insulto a la inteligencia del Sistema, la lucha contra el fraude fiscal es una utopía, y además se nos anuncia la reducción del Impuesto de Sociedades del 5 %. La cuadratura del círculo.