"Saturday", de Ocean Colour Scene


KEPA ARBIZU
Tercera Información



La “guerra” que se produjo en los años noventa por el reinado del, por entonces exitoso, Brit Pop entre Blur y Oasis trajo como consecuencia el oscurecimiento de otros grupos que se movían por estilos similares. Ocean Colour Scene tuvo que vivir a la sombra del ruido que hacían las dos bandas antes citadas y jamás tuvieron la atención que musicalmente se habían ganado. Poco mejor fueron las cosas con el paso de los años, el Brit Pop desapareció como fenómeno de masas y con él todos los grupos integrados bajo esa denominación.

Esta banda inglesa contaba con una característica que le hacía especial y en cierta manera le diferenciaba de todas las demás. Era la que más visiblemente demostraba la influencia de la música negra en sus temas. Al margen de las referencias comunes que todos los grupos de esa hornada tenían, Kinks, Beatles o The Who, en ellos el soul y el rhythm and blues se dejaban notar con claridad. Por todo ello es lógico que su estilo esté cercano a personajes como Steve Winwood, en cualquiera de sus diferentes proyectos, o a Paul Weller. Este último muy próximo a la banda, tanto por su condición de amigo como de colaborador ocasional.

Las cotas más altas de calidad, y de reconocimiento, las alcanzaron con su segundo y tercer disco, “Moseley Shoals” y “ Marchin’ Already”. En ambos, la fusión de las influencias antes mencionadas casaban a la perfección. A partir de aquí el éxito, siempre relativo, del grupo se difuminó tan rápido como la escena británica de ese momento. Muy pocos mantuvieron a lo largo de los años su carrera y la prensa especializada les dio la espalda.

Ahora en 2010 publican su nuevo álbum, “Saturday”, casi tres años después de su predecesor (“On the Leyline”) y de la aventura en solitario de Steve Cradock, un buen disco centrado en el pop-rock y en la cara más relajada del habitual sonido de su grupo. En este recién editado trabajo la producción ha corrido a cargo de Gavin Monaghan, conocido por trabajar con conjuntos actuales de éxito como Editors, Travis o Kings of Leon.

Ya desde el inicio, con “100 flors of perception”, dejan en evidencia la impronta que la música negra, en este caso el soul, deja en su disco. Un comienzo con ritmo de soul-funk se funde con las guitarras dando como resultado un tema vibrante basado en la crisis económica mundial. En “Saturday”, la aparición de una brillante sección de metales y el sonido del piano, otro de los emblemas de este grupo, sigue recreando a la perfección esa mezcla de estilo británico con las raíces del rhythm and blues, al igual que sucede con la poderosa “Old pair of jeans”.

Pero no hay que olvidarse que ante todo estamos frente a un grupo básicamente heredero de la llamada British Invasion y eso se tiene que notar en su música inexorablemente. En “Mrs Maylie”, de temática cercana a los cuentos de Dickens, converge la fuerza del sonido de las guitarras que recuerdan a The Who y en una segunda parte de la canción, las melodías más pop de The Beatles. Son también los de Liverpool los que aparecen en la mente al escuchar la lenta “Just a little bit of love”.

“Sing children sing” y ”Word” son dos temas que podrían presentarse como ejemplo del sonido que ha hecho conocido al grupo, hay que recordar por ejemplo la brillante y exitosa “The day we caught the train”. Son especialistas en este tipo de medios tiempos, muy melancólicos, instrumentados, con cambios de ritmo y la utilización del falsete a la hora de cantar. Como nota algo discordante del álbum aparece un ritmo pretendidamente moderno como es “Postal”, quizás por influencia de su productor, acostumbrado a ese tipo de ambientes pero que no quedan especialmente bien en manos de ellos.

Sin duda alguna “Saturday”, por su calidad, formará parte de los discos esenciales de la banda inglesa. Puede ser un inmejorable momento para que la gente se acerque a Ocean Colour Scene por medio de su nuevo trabajo y ya de paso, recobrar un poco de la atención que siempre han merecido y que en contadas ocasiones han logrado.