ATTAC ESPAÑA
Cuentan las crónicas periodísticas que en la víspera de la reunión del G20 de Londres, y para evitar ser reconocidos por los manifestantes altermundistas que tomaron la calle, los ejecutivos de las entidades financieras de la City acudieron disfrazados al trabajo, sustituyendo el traje, la corbata, los zapatos lustrados y el maletín, por sudaderas, tejanos, zapatillas deportivas y mochilas.
No puede haber una expresión más gráfica de lo que ha sido la cumbre del G-20 en Londres: CAMBIAR POR FUERA PARA QUE NADA CAMBIE. Grandes palabras, reconocimiento de errores y puesta en cuestión de principios, anuncios de cambios en la superficie pero la misma sinfonía de siempre como fondo: mercado, libertad de movimientos del capital e instituciones en donde los poderosos pueden imponer su voluntad a todos los demás.
Nos congratulamos de que ellos, "los líderes" (como se autodenominan en el comunicado final) por fin hablen del histórico fracaso de las políticas neoliberales que han defendido hasta ahora y que han destrozado el sistema financiero mundial con tal de procurar el beneficio de los grandes propietarios de capital. Y valoramos positivamente que se reconozca que la economía mundial debe basarse en otros principios y en otros valores, que las finanzas deben regularse con mayor disciplina y que los capitales especulativos deben someterse a mayor control. Y también que los que hasta ahora se han negado a suscribir mínimos acuerdos internacionales para limitar los daños ambientales, hablen de entrar en una nueva era de "economía verde" y sostenible. Valoramos en lo que puedan valer las palabras que anuncian una nueva etapa de mayor cooperación y nos felicitamos de que quienes hasta ahora permanecen impasibles ante la muerte diaria de casi 30.000 personas por hambre, sin ser capaces de contribuir con los fondos que piden las ONG`s u organismos internacionales como la FAO, reconozcan ahora "la dimensión humana de la crisis".
Pero dicho eso, ATTAC-España tiene la obligación de decirle a nuestros conciudadanos que, por las razones que exponemos a continuación, lo acordado en Londres por los líderes es radicalmente insuficiente para poner fin a la crisis, para evitar otras de la misma naturaleza y, por supuesto, para poner fin al sufrimiento humano que provoca la actual organización de las relaciones económicas internacionales.
1. Recursos y compromisos insuficientes
Se ha acordado poner en movimiento una cantidad de recursos sin precedentes, pero con un destino que no es el que podría resolver los grandes problemas del planeta. Las cantidades destinadas a la lucha contra la pobreza y el hambre son casi ridículas si se comparan con las que están recibiendo los bancos. Se han vuelto a soslayar vergonzosamente compromisos concretos para alcanzar los ya de por sí moderados Objetivos del Milenio.
Por tanto, ATTAC-España sigue considerando insuficiente los recursos financieros movilizados y, sobre todo, su casi nula vinculación a proyectos concretos que pudieran evitar el hambre y el sufrimiento humano de las dos terceras partes de la humanidad empobrecida.
2. No se resuelve la bancarrota del sistema bancario internacional
Los planes de rescate de las entidades financieras están siendo un rotundo fracaso. La Declaración señala que las acciones para restaurar el crecimiento no serán efectivas hasta que se recupere el crédito doméstico y los flujos internacionales de capital, y por ello se justifica el ingente apoyo que han recibido las entidades financieras en forma de suministro de liquidez, recapitalización y compra de activos tóxicos. Los líderes reconocen el fallo sistémico en la supervisión y regulación que ha provocado la crisis y acuerdan crear un organismo que las lleve a cabo más acertadamente en el futuro, pero no han establecido medidas concretas que puedan resolver a corto plazo, como es imprescindible, este colapso que paraliza a la economía mundial.
ATTAC-España, por el contrario, sigue considerando imprescindible avanzar en la regeneración del sistema bancario ahora destrozado, pero no tratando de levantar sus cadáveres ni dejando intacta la lógica que lo ha destruido, sino creando un nuevo espacio financiero que garantice en todo el planeta que los recursos financieros sean considerados un bien público, en la medida que proporcionan la financiación que necesita la actividad económica real, que hoy se encuentra desarbolada tras el huracán desatado por la especulación financiera y sus burbujas asociadas.
3. No se liquidan los mecanismos que incentivan y generalizan la especulación financiera que ha provocado la crisis
Aunque la cumbre se ha referido a los paraísos fiscales, e incluso se afirma que se ha acabado la era del secreto bancario, lo cierto es que será muy difícil que se termine con la deriva generalizada hacia la especulación. No se habla de poner límites ni impuestos a los movimientos especulativos del capital y a sus beneficios asociados, ni siquiera se menciona que se vaya a acabar con los paraísos fiscales sino tan solo que se les pedirá una colaboración que ni implica su desaparición (más bien todo lo contrario) ni garantiza que dejen de ser la criminal válvula de escape financiero que hoy día representan.
En cualquier caso, y a la espera de las medidas que se puedan ir concretando, ATTAC-ESPAÑA previene desde ahora sobre la posible intención de aplicar generosas amnistías para incentivar el retorno de los depósitos desde los paraísos fiscales. Un procedimiento que los ciudadanos no deberíamos consentir y que hay que denunciar desde este mismo momento para que los gobiernos no sigan aplicando, con disimulo y casi con nocturnidad, las medidas de apoyo a los grandes financieros que se han enriquecido en los últimos años gracias a la definición de un marco institucional a su medida que está en el origen mismo de la crisis.
4. No se pone en cuestión el irracional e insostenible modelo productivo
Los lideres de los países más ricos del mundo se equivocan cuando soslayan que la crisis financiera se ha producido no solo por los errores regulatorios, sino también y principalmente, porque las políticas neoliberales que la mayoría de sus gobiernos han aplicado han destruido el poder de compra de los trabajadores, han generado un crecimiento basado en la destrucción del medio ambiente y han provocado un aumento inusitado de la insatisfacción y las desigualdades.
El plan de estímulo fiscal de 1 billón de dólares para las instituciones financieras internacionales y la financiación del comercio, por muy abundante que parezca ser, no cuestiona el problema el agotamiento de los recursos naturales, la especulación con los alimentos de las multinacionales del agronegocio, las formas oligopolísticas y hasta criminales del control y la explotación de fuentes de energía, el aumento de los niveles de contaminación que están poniendo en peligro la continuidad de la vida sobre el planeta, ni las desigualdades que todo eso está generando…
Por el contrario, en el documento de conclusiones se continúan poniendo como guía los principios del mercado libre en la forma de eliminación de obstáculos al comercio y la inversión, favoreciendo así unas mayores desigualdades entre los diferentes pueblos de la Tierra y aumentando los procesos de rapiña y expolio de los recursos y la riqueza de los pueblos del Sur, dirigidos desde los gobiernos y multinacionales del Norte.
Frente a ese discurso de siempre, que ha sembrado de pobreza y muerte nuestro planeta, ATTAC-España considera que ni se saldrá de la crisis, ni por supuesto, se reducirá la pobreza en el mundo, tal y como dicen desear los líderes. Éstos son los responsables del mantenimiento de relaciones comerciales asimétricas y dependientes, de que se sigan levantando muros vergonzantes para impedir el libre movimiento de personas, o de que se continúe obligando a que los empobrecidos y más débiles se desprotejan ante los fuertes, mientras se permite que éstos disfruten de derechos y privilegios que les niegan a los demás. Los líderes que se han reunido en Londres no han cuestionado asuntos tan sangrantes como los aquí mencionados.
5. No se democratizan las instituciones financieras internacionales
La cumbre ha apostado por reforzar las instituciones financieras internacionales, que ahora denomina “globales”. Eso significa que las instituciones que han sido instigadoras, policías y materialmente responsables de la aplicación de las políticas que han provocado la crisis, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial de Comercio (OMC), seguirán siendo quienes dispongan del poder para decidir lo que se debe hacer y lo que no en la economía internacional.
Ante la indiscutible evidencia histórica de que éstas instituciones han errado continuamente, de que están al servicio exclusivo de los más ricos del mundo y a la vista del enorme daño que han hecho a los pueblos cuyas políticas han empobrecido, ATTAC-España renueva su propuesta enunciada tras la Cumbre de Washington el pasado mes de noviembre, y reclama la sustitución de estos organismos caducos por otros nuevos, constituidos sobre bases de igualdad y control democrático por parte de todos los pueblos del mundo y no de los países más ricos.