Sombras de policías, carteles con prohibiciones sorprendentes, calles con nombres-denuncia... Las acciones de DosJotas cambian el sentido el entorno urbano
CARLOS G. DE CASTRO EXPÓSITO
Diagonal
El arte urbano como defensa del espacio público, un compromiso con la calle. La acción artística como reivindicación de este espacio, antiguo lugar de reunión y hoy, cada vez más, sólo una gris zona de tránsito. Acciones artísticas para el ciudadano, para luchar contra la destrucción de lo público por el avasallamiento de lo privado.
DosJotas es el seudónimo bajo el que trabaja un artista urbano. Creció haciendo grafitis en las paredes de su barrio y desde entonces no ha abandonado la calle. A partir de 2003 se aleja de las prácticas del grafiti tradicional y forma un dúo con un colega. Un año después, su compañero se ve obligado a dejar las intervenciones en la calle y desde entonces este artista trabaja en solitario.
El paso del grafiti al posgrafiti comienza cuando conoce el trabajo de artistas como Obey, Spy, Eltono o el malagueño Rogelio López Cuenca; es quizá este último quién más le ha influido. Desde este momento adopta una postura crítica que le llevará a cuestionar los mecanismos que articulan la ciudad en que vivimos.
Crear conciencia ciudadana por medio de acciones de guerrilla, bombardeando las calles con pegatinas y carteles. Objetos creados por medio de la técnica del apropiacionismo, una acción artística que consiste en modificar calculadamente imágenes de instituciones, empresas o medios de comunicación. Por medio de esta alteración se reinterpreta el mensaje, generando un nuevo código simbólico que pone de manifiesto la oscura realidad que se esconde tras imágenes aparentemente inofensivas.
Entre las numerosas intervenciones que DosJotas ha realizado en ciudades como Barcelona, Nueva York, Madrid, San Francisco o Valencia, destacan algunos ejemplos como su acción en el metro neoyorquino, las plantillas con sombras de Barcelona y las prohibiciones, también con plantillas, ejecutadas en Madrid. La documentación de estas operaciones, junto con algunas otras, fue incluida en la muestra psicogeografías: espacio y memoria, comisariada por Juan Antonio Álvarez Reyes y que ha recorrido varias localidades madrileñas durante 2008.
En verano de 2007, DosJotas visitó Nueva York y aprovechó su presencia allí para intervenir en el metro. Esta acción consistió en la alteración de los carteles del metropolitano por medio de pegatinas. Una apropiación de su estética que modificaba el contenido. Así, tras la operación algunas calles pasaron a llamarse Ignorance Street, War Street o Hypocrisy Street.
La acción de Barcelona fue diferente. A principios de 2008 el artista se desplazó a la capital catalana, donde intervino directamente en la calle por medio de plantillas. Éstas generaban dos tipos de sombras que salían de los bolardos, siluetas humanas y de policías. Sombras humanas como metáfora del papel real de los ciudadanos dentro de la ciudad, que cada vez les pertenece menos y donde son tan invisibles como el propio mobiliario urbano. En el caso de las sombras de policías, la alusión especula sobre el aumento del control y la opresión policial que se vive en los países desarrollados, una obsesión por la seguridad que las plantillas de DosJotas resumen en la inquietante idea de que “siempre estamos vigilados”. El trabajo realizado en Madrid continúa la reflexión sobre el papel de las personas dentro de la urbe contemporánea.
El tema es el de las prohibiciones que nos incluyen a todos y que las nuevas ordenanzas cívicas multiplican por doquier. Esta intervención se realiza sobre carteles existentes, en los que, por medio de plantillas, se altera el contenido. El trabajo de DosJotas es un ejemplo de que el arte supone algo más que crear objetos de consumo. Sus acciones ponen de manifiesto las perversiones de un sistema aparentemente cívico, que cada vez es más privado y antisocial. En este sentido, su práctica artística es un ejercicio de resistencia que aboga por una ciudad más humana.
DosJotas es el seudónimo bajo el que trabaja un artista urbano. Creció haciendo grafitis en las paredes de su barrio y desde entonces no ha abandonado la calle. A partir de 2003 se aleja de las prácticas del grafiti tradicional y forma un dúo con un colega. Un año después, su compañero se ve obligado a dejar las intervenciones en la calle y desde entonces este artista trabaja en solitario.
El paso del grafiti al posgrafiti comienza cuando conoce el trabajo de artistas como Obey, Spy, Eltono o el malagueño Rogelio López Cuenca; es quizá este último quién más le ha influido. Desde este momento adopta una postura crítica que le llevará a cuestionar los mecanismos que articulan la ciudad en que vivimos.
Crear conciencia ciudadana por medio de acciones de guerrilla, bombardeando las calles con pegatinas y carteles. Objetos creados por medio de la técnica del apropiacionismo, una acción artística que consiste en modificar calculadamente imágenes de instituciones, empresas o medios de comunicación. Por medio de esta alteración se reinterpreta el mensaje, generando un nuevo código simbólico que pone de manifiesto la oscura realidad que se esconde tras imágenes aparentemente inofensivas.
Entre las numerosas intervenciones que DosJotas ha realizado en ciudades como Barcelona, Nueva York, Madrid, San Francisco o Valencia, destacan algunos ejemplos como su acción en el metro neoyorquino, las plantillas con sombras de Barcelona y las prohibiciones, también con plantillas, ejecutadas en Madrid. La documentación de estas operaciones, junto con algunas otras, fue incluida en la muestra psicogeografías: espacio y memoria, comisariada por Juan Antonio Álvarez Reyes y que ha recorrido varias localidades madrileñas durante 2008.
En verano de 2007, DosJotas visitó Nueva York y aprovechó su presencia allí para intervenir en el metro. Esta acción consistió en la alteración de los carteles del metropolitano por medio de pegatinas. Una apropiación de su estética que modificaba el contenido. Así, tras la operación algunas calles pasaron a llamarse Ignorance Street, War Street o Hypocrisy Street.
La acción de Barcelona fue diferente. A principios de 2008 el artista se desplazó a la capital catalana, donde intervino directamente en la calle por medio de plantillas. Éstas generaban dos tipos de sombras que salían de los bolardos, siluetas humanas y de policías. Sombras humanas como metáfora del papel real de los ciudadanos dentro de la ciudad, que cada vez les pertenece menos y donde son tan invisibles como el propio mobiliario urbano. En el caso de las sombras de policías, la alusión especula sobre el aumento del control y la opresión policial que se vive en los países desarrollados, una obsesión por la seguridad que las plantillas de DosJotas resumen en la inquietante idea de que “siempre estamos vigilados”. El trabajo realizado en Madrid continúa la reflexión sobre el papel de las personas dentro de la urbe contemporánea.
El tema es el de las prohibiciones que nos incluyen a todos y que las nuevas ordenanzas cívicas multiplican por doquier. Esta intervención se realiza sobre carteles existentes, en los que, por medio de plantillas, se altera el contenido. El trabajo de DosJotas es un ejemplo de que el arte supone algo más que crear objetos de consumo. Sus acciones ponen de manifiesto las perversiones de un sistema aparentemente cívico, que cada vez es más privado y antisocial. En este sentido, su práctica artística es un ejercicio de resistencia que aboga por una ciudad más humana.