Su crítica al capitalismo es mucho más vitriólica que la de Michael Moore. Y como él, los Yes Men son condenadamente divertidos. Por fin podrá verse en Europa su premiada película
JAN PFAFF
Feitag (Traducción de Ángel Ferrero para Sin permiso)
En la Berlinale los espectadores estaban entusiasmados. La película de los accionistas Jacques Servin, alias Andy Bichlbaum, e Igor Vamos, alias Mike Bonanno, más conocidos como los Yes Men, ganó el pasado mes de febrero el premio del público de la categoría “Panorama”, y luego poco más se supo. Bichlbaum y Bonanno trabajaron en un montaje definitivo y esperaron a que se pudiese emitir en ARTE. La cadena de televisión francoalemana coprodujo el film y se guardó el derecho de ser la primera en emitir la película. El martes por la tarde ARTE emitirá sólo a las 21:00 The Yes Men fix the World – Los Yes Men arreglan el mundo, llevando esta película por vez primera en Alemania a un público más amplio. Cinco razones por las que debería verse sin falta esta película:
1. No es sólo diversión. Las acciones de los Yes Men tienen algo de travesura, pero están planeadas con precisión y sofisticación. Con su presentación de un esqueleto dorado en una conferencia empresarial en que contraponen el poner en peligro vidas humanas a la búsqueda de beneficio empresarial, Bichlbaum y Bonanno provocan reacciones de los presentes que desenmascaran a éstos tan bien como lo haría una crítica externa al capitalismo. Los Yes Men lo hacen al sugerir que los beneficios son más importantes que las vidas humanas. Y el público que los rodea, vestido de traje y corbata, coincide en que se trata de una idea de lo más razonable. El espectador se ríe de la inocencia del manager empresarial, pero es una risa que se congela y convierte rápidamente en terror ante un cinismo como el que se muestra.
2. La película recuerda a las víctimas de la catástrofe química de Bhopal. La documentación es la mejor baza de los Yes Men. Bichlbaum se hizo pasar en diciembre de 2004 en la BBC por un representante de Dow Chemical y declaró en una entrevista en directo para millones de telespectadores que la empresa química finalmente aceptaba su responsabilidad por el accidente que causó la tragedia de la población india de Bhopal, y que compensaría a las víctimas con doce mil millones de dólares. Dow Chemical desmintió pocas horas después la declaración de Bichlbaum. Los críticos reprochan a los Yes Men que con esta acción dieron a las víctimas en India falsas esperanzas. Pero en la película vemos como Bichlbaum y Bonanno se reúnen con las víctimas, hombres y mujeres que 25 años después aún sufren graves lesiones y que se alegran de la atención que volvieron a recibir gracias a los Yes Men. El film recuerda también a estas víctimas olvidadas, que hasta el día de hoy no han recibido aún indemnización alguna.
3. Los Yes Men son condenadamente divertidos. Michael Moore se ha ganado su merecida fama haciendo que la crítica al capitalismo sea entretenida y así pueda acceder a un público de masas. Pero el mismo principio de Moore se ha convertido ya solamente en una cadena de autocitas y lugares comunes. Esto salta a la vista en cuanto se compara con las acciones creativas de los Yes Men, quienes como cineastas han aprendido sin duda de Moore. En su película, Bichlbaum y Bonanno presentan un traje esférico con el que deberían hacerse todos los ricos y poderosos como protección definitiva contra las catástrofes medioambientales y ataques terroristas. Este traje esférico de fabricación casera hace que moverse con él sea algo tan exageradamente grotesco y parezca tan cómico que uno no puede hacer otra cosa que reírse a carcajadas. Vale la pena ver la película sólo para ver cómo Bichlbaum, en su traje de supervivencia, intenta prepararse un emparedado. ¡Brillante!
4. La película tiene un elemento utópico. El documental termina con la espectacular falsificación del New York Times. El pasado mes de noviembre los Yes Men y otros activistas de Nueva York distribuyeron una falsa edición del New York Times fechada el 4 de julio de 2009 que contenía noticias fantásticas. El titular de la primera página anunciaba el fin de la guerra de Irak. También podía leerse que todos los americanos recibirían cobertura sanitaria y que el Congreso de los Estados Unidos adobptaba finalmente leyes para la protección del medio ambiente. Esta acción respiraba el clima de ruptura que se produjo con la elección de Obama, y diez meses después aún no ha perdido su magia. Nos sigue recordando que otro mundo es posible.
5. Nos pone en guardia para la próxima acción de los Yes Men. No hay nada concretado, pero los Yes Men planean para el 21 de septiembre una gran acción en Nueva York, coincidiendo con la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático. Desde hace unas semanas buscan para llevarla a cabo voluntarios reclutados por Internet. Cada uno recibirá por su colaboración un pequeño regalo con el que “su amistad quedará conmocionada durante años.”
1. No es sólo diversión. Las acciones de los Yes Men tienen algo de travesura, pero están planeadas con precisión y sofisticación. Con su presentación de un esqueleto dorado en una conferencia empresarial en que contraponen el poner en peligro vidas humanas a la búsqueda de beneficio empresarial, Bichlbaum y Bonanno provocan reacciones de los presentes que desenmascaran a éstos tan bien como lo haría una crítica externa al capitalismo. Los Yes Men lo hacen al sugerir que los beneficios son más importantes que las vidas humanas. Y el público que los rodea, vestido de traje y corbata, coincide en que se trata de una idea de lo más razonable. El espectador se ríe de la inocencia del manager empresarial, pero es una risa que se congela y convierte rápidamente en terror ante un cinismo como el que se muestra.
2. La película recuerda a las víctimas de la catástrofe química de Bhopal. La documentación es la mejor baza de los Yes Men. Bichlbaum se hizo pasar en diciembre de 2004 en la BBC por un representante de Dow Chemical y declaró en una entrevista en directo para millones de telespectadores que la empresa química finalmente aceptaba su responsabilidad por el accidente que causó la tragedia de la población india de Bhopal, y que compensaría a las víctimas con doce mil millones de dólares. Dow Chemical desmintió pocas horas después la declaración de Bichlbaum. Los críticos reprochan a los Yes Men que con esta acción dieron a las víctimas en India falsas esperanzas. Pero en la película vemos como Bichlbaum y Bonanno se reúnen con las víctimas, hombres y mujeres que 25 años después aún sufren graves lesiones y que se alegran de la atención que volvieron a recibir gracias a los Yes Men. El film recuerda también a estas víctimas olvidadas, que hasta el día de hoy no han recibido aún indemnización alguna.
3. Los Yes Men son condenadamente divertidos. Michael Moore se ha ganado su merecida fama haciendo que la crítica al capitalismo sea entretenida y así pueda acceder a un público de masas. Pero el mismo principio de Moore se ha convertido ya solamente en una cadena de autocitas y lugares comunes. Esto salta a la vista en cuanto se compara con las acciones creativas de los Yes Men, quienes como cineastas han aprendido sin duda de Moore. En su película, Bichlbaum y Bonanno presentan un traje esférico con el que deberían hacerse todos los ricos y poderosos como protección definitiva contra las catástrofes medioambientales y ataques terroristas. Este traje esférico de fabricación casera hace que moverse con él sea algo tan exageradamente grotesco y parezca tan cómico que uno no puede hacer otra cosa que reírse a carcajadas. Vale la pena ver la película sólo para ver cómo Bichlbaum, en su traje de supervivencia, intenta prepararse un emparedado. ¡Brillante!
4. La película tiene un elemento utópico. El documental termina con la espectacular falsificación del New York Times. El pasado mes de noviembre los Yes Men y otros activistas de Nueva York distribuyeron una falsa edición del New York Times fechada el 4 de julio de 2009 que contenía noticias fantásticas. El titular de la primera página anunciaba el fin de la guerra de Irak. También podía leerse que todos los americanos recibirían cobertura sanitaria y que el Congreso de los Estados Unidos adobptaba finalmente leyes para la protección del medio ambiente. Esta acción respiraba el clima de ruptura que se produjo con la elección de Obama, y diez meses después aún no ha perdido su magia. Nos sigue recordando que otro mundo es posible.
5. Nos pone en guardia para la próxima acción de los Yes Men. No hay nada concretado, pero los Yes Men planean para el 21 de septiembre una gran acción en Nueva York, coincidiendo con la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático. Desde hace unas semanas buscan para llevarla a cabo voluntarios reclutados por Internet. Cada uno recibirá por su colaboración un pequeño regalo con el que “su amistad quedará conmocionada durante años.”