Los bodegones de Picasso


Barcelona muestra 68 'naturalezas muertas' realizadas por Picasso entre 1907 y 1931




LAIA ZIEGER
El Periódico

Picasso conserva su capacidad de sorprender 35 años después de su muerte. Con la voluntad de descubrir nuevas perspectivas sobre su obra, el Museu Picasso de Barcelona presenta Objetos vivos. Figura y naturaleza muerta en Picasso, una muestra que durará hasta el próximo 1 de marzo. Colecciones privadas y museos de todo el mundo, como el Reina Sofia de Madrid, el Pompidou de París y el Metropolitan de Nueva York han prestado sus obras.

Un total de 68 pinturas, dibujos y grabados realizados por el artista malagueño, entre 1907 y 1931, ponen de relieve su relación con el bodegón. "Es una exposición de tesis, montada como un libro donde hay que pasar las páginas", explicó ayer Josep Serra, director del museo.

La muestra destaca que la metamorfosis fue una constante en la obra de Picasso. El comisario de la exposición y profesor de Historia del Arte en el Courtauld Institute of Art de Londres, Christopher Green, explicó que "a partir de 1907, el artista se dedicó a convertir una cosa en otra, transformando figuras en objetos y objetos en figuras". Green aclaró que "lo que marca, es el intercambio constante de movimiento entre lo vivo y lo muerto".

De árboles a figuras

En la primera sala del recorrido se encuentran dibujos, del 1907, en los que las figuras humanas se transforman en árboles. Siguen unas piezas en las que Picasso trata de simplificar los signos y usa rimas visuales para representar instrumentos musicales, y pinta naturalezas muertas en las que un frutero se convierte en cabezas. Una serie de pinturas que representan los mismos objetos --un frutero y un paquete de tabaco-- también llaman la atención. A este respeto, Green declaró: "No gusta ver repeticiones, pero con estos dibujos Picasso estaba explorando hasta qué punto el lenguaje del arte es abstracto".

A continuación, el visitante encuentra 13 cuadros gigantes que Picasso realizó para el ballet Mercure, en el 1924, en los cuales las figuras humanas se transforman en autómatas. En la última sala, el punto culminante de la muestra, pueden admirarse bodegones realizados por el pintor del 1924 al 1925, de las que Green explicó que unas están "representadas de forma teatral", mientras que en otras, Picasso "dota de forma orgánica a los objetos, a los que dispone como partes del cuerpo". Es el caso, por ejemplo, de Instrumentos de música sobre una mesa, pintado en el 1925. También se exponen dos obras de Juan Gris, Guitarra i frutero (1919) y Pierrot (1921), donde el artista sigue el mismo proceso que el de Picasso.