El siglo XX visto por Morante


Reeditan la novela 'La Historia'. El libro fue censurado en España por sus críticas al franquismo. El resto de sus novelas se editarán a lo largo de 2009. Claudia Cardinale y Paco Rabal protagonizaron la adaptación al cine




IGNACIO DE LOS REYES

El Mundo



Fue una de las grandes figuras de la literatura europea, aunque durante décadas su obra quedó eclipsada por la celebridad de su marido, Alberto Moravia. Las novelas de la italiana Elsa Morante (1912-1985) llegan definitivamente a España de la mano de Gadir Editorial, que tras la publicación en 2008 de 'Araceli' (1982), ha lanzado 'La Historia', su relato más conocido y al que sucederán 'Mentira y Sortilegio' —todavía inédita en nuestro país— y 'La Isla de Arturo'.

'La Historia' sucede con crudeza a las poesías y cuentos infantiles con los que Elsa Morante se estrenó en la escritura, justo cuando se disponía a salir de la adolescencia. Esta obra coral sobre el drama de las víctimas anónimas de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto dio reconocimiento internacional a una autora que ya tenía voz en los círculos culturales de la Italia de la posguerra.

Separada de Moravia después de más de 20 años de matrimonio, en 1974 no era sólo la escritora de talento y segundo plano —siempre pesó la larga sombra de su pareja— que ideó al comienzo de su carrera 'Las aventuras de Caterina'. Más bien se trataba de una intelectual radical capaz de generar agrios debates con sus novelas, avivados por su atracción por la provocación política en una época propensa al extremismo: los años de plomo de la Italia de Aldo Moro y Giulio Andreotti.

Desde su casa de Capri, Morante tomó al paupérrimo sur de Italia como escenario de sus obras, aunque prefirió ambientar 'La Historia' en diversos espacios de Roma. Los personajes deambulan por las miserias de la guerra presididos por Ida, una matriarca viuda que intenta la supervivencia frente a la adversidad y horrores de la guerra.

Sus hijos y los numerosos personajes que trufan la novela explican a través de la autobiográfica pluma de Morante el realista drama de ver cómo la Historia acaba repitiéndose con su crudeza una y otra vez, siempre para desgracia de los desheredados. Tan dramática como la profética desdicha de sus personajes, que recuerdan el final solitario y amnésico de la autora, internada hasta su muerte en 1985 en un centro médico, tras un intento de suicidio que le quitó la salud y acabó por dejarla sin medios para pagar su convalecencia.

El pesimismo antropológico que acompañó las últimas obras de la escritora romana estaba sin duda azuzado por la situación política que rodeó a esta anarquista convencida. Elsa Morante quiso hacer todo "un acto de acusación contra las injusticias del siglo XX" en pleno régimen de la Democracia Cristiana, según explica Flavia Cartoni, encargada de editar y prologar esta última edición de 'La Historia'.

Censurada en España

Esta exhibición de sus posturas políticas, especialmente en lo referente al fascismo y las dictaduras, le valió el reconocimiento internacional, aunque también le trajo problemas en España, como recuerda Cartoni.

'La Historia' se publicó por primera vez en 1976, apenas meses después de la muerte de Franco y con los rotuladores rojos de la Dictadura aún en manos de la censura. Bajo el título 'Algo en la historia', Plaza y Janés publicaba una traducción de Juan Moreno en la que, para cólera de la autora, faltaban referencias al general.

Alianza Editorial recuperaba en 1991 la novela, esta vez con traducción de Esther Benítez, la misma que en esta última edición. Entonces sí se subrayó la relevancia de un trabajo excepcional en la trayectoria literaria de Morante, antes unida al simbolismo, y fascinada por Pasolini, Ginzburg y Calvino. Con la intención de recuperar la novela típica italiana del siglo XIX, el realismo se instala en esta historia "sobre lo animal de cada humano, y lo humano de cada animal", en palabras de la editora.

Este repaso a la historia universal a través de lo mundano nació en la mente de Morante a partir de una larga reflexión personal, tras escribir 'La isla de Arturo' (1957), y de una novela embrión, 'Sin el apoyo de la religión', que nunca terminó. Su popularidad en la bota creció con la versión cinematográfica que hizo en 1986 Luigi Comencini, con Claudia Cardinale y Francisco Rabal, y una adaptación para una radionovela en la RAI.