"Tonight", Franz Ferdinand (2009)


KEPA ARBIZU
Lumpen



Hay discos que por diferentes motivos están destinados a ser representativos. Pueden serlo porque inician una época, un movimiento musical, por su transgresión o por infinidad de motivos. Pues resulta que con el nuevo de Franz Ferdinand, “Tonight”, sucede algo parecido. En concreto, su importancia radica en que posiblemente sea el punto y final de su creatividad, pero este hecho es extrapolable a un buen número de grupos de su misma época y parecido estilo musical. Me refiero a todos aquellos conjuntos surgidos en los primeros años del 2000 y basados en remezclar el sonido de la new wave (Elvis Costello) con el post punk ( Gang of four) y dotarle de una exagerada importancia, casi capital, a su estética.

Ninguno de todos ellos han superado con garantías su segundo disco, gente como Kaiser Chiefs, Bloc Party, Kasabaian, etc, han demostrado sobradamente que su tiempo está agotado y que su propuesta ha tocado techo, a pesar de la poca altura (artística) de ese techo. Todavía se vuelve más revelador el nuevo disco de Franz Ferdinand ya que ellos habían sido los representantes más solventes y con más visos de perdurar en el tiempo (cuidado que Mando Diao, otros con talento, siguen los mismo pasos). Incluso sus propios compañeros de “generación” les veían como los más profesionales y los mejor dotados para esto de la música.

No hay que desdeñar la importancia que han tenido los medios de comunicación, internacionales y españoles, a la hora de encumbrar a muchos de estos representantes. Clarísimamente se veía que no había nada excepcional en ellos excepto una buena puesta en escena, o mejor dicho, buena presencia. Se llenaban portadas y portadas alentando a las masas a consumir a los nuevos genios (de esa semana, claro).

Hay que reconocer que los dos primeros álbumes de los escoceses, aparte del brutal éxito que cosecharon, eran un más que digno compendio de la hiperactividad rítmica de Blur con los aires “arties” de los Talkih Heads. Todo ello daba como resultado auténticas bombas llena pistas pero con un poso de puro rock and roll encomiable.

“Tonight”, ha seguido por los derroteros que se esperaban tras el “idilio” entre el grupo y James Murphy de LCD Sisetem (gurú del rock bailable). Como era de esperar, donde antes había riffs sincopados aquí se sustituyen por un sonido prefabricado, gracias sobre todo al productor Dan Carey (Lilly allen, CSS). Así que hay que cambiar las referencias y ahora este nuevo trabajo suena más a TV on the radio o The Rakes que a ningún otro grupo setentero.

“Ulises” ha sido el single adelanto. No es preciso escuchar más para redundar en cuáles son los pilares de este disco, bases programadas, sintetizadores y mucho ritmo “bailón” que hace desaparecer casi por completo la esencia pasada. El disco transcurre on algunos altibajos sin grandes sorpresas sobre lo antes dicho (“Live alone”). Ni los momentos mas álgidos (“Turn it on”) servirían de relleno en pasados discos. Precisamente llama la atención algún tema que se sale del armazón estilístico como la balada final “ Catherine kiss me”, o el medio tiempo “Send him away”, que a pesar de tener cierta calidad desarman un tanto la estructura general.

Por sacar algo positivo de todo esto, esperemos que sirva como toque de atención al desmesurado gusto por la posturita y la pose que se da en los últimos años en detrimento de lo mas importante, la música. Aunque me temo que de nada servirá porque en ciertos lugares no se están cansando de alabar este disco. Lógico, no les es rentable, todavía, matar a la gallina de los huevos de oro.