Entrevista a Coque Malla




AIDA M. PEREDA
Lumpen



El que fuera líder de Los Ronaldos nos habla de su nuevo disco, 'La hora de los gigantes' (2009).

Han pasado cinco años desde que publicaste 'Sueños', ¿por qué tanto tiempo? ¿has querido tomarte un descanso tras la gira con Los Ronaldos?

Hombre, eso es fundamental. Son muchas cosas. Yo siempre he tenido este ritmo de composición de los discos, un ritmo bastante lento. Con Los Ronaldos sacábamos disco cada dos años y pico cuando lo habitual era un año o año y medio. No soy un compositor que tenga doscientas canciones en un baúl y las vaya sacando. Voy a por cada disco. Cuando lo termino no vuelvo a plantearme el componer hasta que no quiero hacer el siguiente disco. No voy componiendo habitualmente. Mi ritmo es ese y en el caso de 'Sueños' y en este disco, bueno, es evidente que lo de Los Ronaldos tuvo mucho que ver, además hicimos las cuatro canciones nuevas del EP este de Subterfuge y… supongo que otra razón importante es que a mí lo que me gusta es tocar, entonces el disco casi es una excusa para salir a tocar. Es casi como un trámite, hay que hacer otro disco para tener motivos para hacer otra gira. Y entonces supongo que prolongo todo lo que puedo el tiempo de la gira porque es lo que me gusta, estar por ahí viajando rodeado de músicos y subiéndome a escenarios a tocar.

He leído en otras entrevistas que has disfrutado con el proceso de creación de este álbum, ¿en qué sentido?

En todos los sentidos. 'Sueños' estuvo sometido a mucha disciplina porque me planteé la idea de escribir un disco sobre los sueños. Y tuve que ser muy disciplinado para que todo el disco hablara de eso, no sólo el disco, sino también el libro, los escritos que había, la portada, las fotos… con todos esos elementos tenía que expresar la idea de los sueños, cómo entiendo yo la irrealidad y la relación con la irrealidad. Y era muy esclavo eso también y a veces era una putada, porque a lo mejor salía una canción y decías no, esto no tiene nada que ver con eso, y tenía que desecharla. Y con este disco lo que he hecho es decir "paso de todo, lo que salga que salga y me voy a divertir". Entonces el proceso de componer ha sido muy divertido, muy liberador. El equipo que ha formado el disco ha sido increíble. Los músicos que han tocado en el disco (Daniel Parra, Laura Gómez, Nico Nieto y Mauro Mietta) se lo han tomado como algo personal. Nos lo hemos pasado como enanos grabando. Ha habido muchas risas, ha habido momentos duros también porque sino no habría salido un disco así. Ha habido momentos fuertes, intensos, pero ha sido muy gratificante. Hemos grabado en directo también, tocando todos a la vez en el estudio y te lo pasas como un enano. Bueno, 'Sueños' también estuvo grabado así pero aquí ha habido una energía especial.

Dices que de todos los discos que has grabado en tu vida este es el que más se parece a los discos que te gusta escuchar, ¿es sólo cuestión de márketing?

Bueno, es márketing, pero es que es verdad. Yo creo que todos los músicos, cuando nos dan por primera vez el cd con las mezclas terminadas, llegamos a casa corriendo, ponemos nuestros discos favoritos, le damos al stop y ponemos el nuestro a ver si aguanta la comparación. Y este lo ha aguantado que te cagas, vamos. Llegaba a casa, me ponía Brown Sugar y le daba al stop y ponía el mío y aguantaba el tirón en cuanto a sonido. Suena que te cagas. Es el disco que mejor suena de todos los que he hecho en mi vida, pero con diferencia además, sin desmerecer los demás. Suena muy bien.

En los ochenta en cambio la producción dejaba un poco que desear, ¿no?

Sí, en los ochenta había unos vicios y unas cosas horribles.

¿Crees que has quitado esos vicios, que sólo eran cuestión de la época?

Sí, gracias a Dios hace mucho que me los quité (sonríe). ¡Gracias a Dios!

¿Sientes que has vivido una evolución desde que comenzaste tu andadura personal con ‘Soy un astronauta más’ en 1999 hasta este tercer disco?

No sé si es una evolución en un camino recto. Son discos distintos. Con el 'Astronauta' me metí en un camino, con el 'Sueños' en otro y con éste en otro. A mí éste es el que más me gusta de los tres.

¿Tal vez porque está más reciente?

Sí, es más reciente, pero me da la sensación de que dentro de unos años también va a ser el que más me guste de los tres. Yo creo que los discos que uno va haciendo no son un camino en una dirección y el primer disco no es el primer paso, el segundo el segundo y el tercero el tercero. Son viajes distintos. Cada uno tiene su universo particular.

¿De qué manera crees que el hecho de haber pertenecido a Los Ronaldos ha podido influir en tu carrera en solitario?

Hombre, totalmente, ¡cómo no va a influir! Es mi vida. He crecido con Los Ronaldos, he aprendido a ser músico con Los Ronaldos, he aprendido a ser persona con Los Ronaldos y he aprendido un montón de cosas con Los Ronaldos. ¡Cómo no voy a aplicar eso! Y me siento orgulloso además de ellos. Es un buen saldo el que saco de Los Ronaldos, buenísimo. Y por supuesto que ahí está todo. Están Los Ronaldos, está mi familia, están mis vivencias, están mis amigos, está todo. Y Los Ronaldos han sido una parte fundamental de mi vida. Durante muchos años eran el centro absoluto de mi vida.

¿Y cómo es vuestra relación ahora? ¿Seguís en contacto después de la gira?

Fatal (dice riéndose). ¡Qué va, nos llevamos de la hostia! De hecho, Ricardo, el batería de Los Ronaldos, ha grabado una canción del disco, 'Me olvido de ti', porque una canción tan funky y con tanto baile necesitaba esos redobles mágicos de Ricardo. Y no me ha defraudado, el cabrón nos puso los pelos de punta a todos.

En 2004 te fuiste de gira con Los Ronaldos. ¿Cuál fue el motivo de vuestra vuelta, sentíais nostalgia?

Sí, la gira duró tres años. Empezó con un concierto en Sol cuando la sala celebraba su 25 aniversario. No hubo un motivo muy concreto, fue una serie de casualidades. Influyó mucho un concierto homenaje que nos hicieron en el Siroco Pereza y otras tres bandas de Madrid. Hicieron versiones de nuestras canciones y nos invitaron a que fuéramos. Y al final, de una manera improvisada nos subimos los cuatro y tocamos ‘Árboles cruzados’ y ‘Si os váis’. Y fue tan flipante lo que sentimos que dijimos "vamos a hacer algo". Y luego coincidió además que la compañía sacó un recopilatorio y entonces se fueron dando una serie de circunstancias que al final acabaron en tres años de gira.

¿Cuál fue la sensación al volver a tocar canciones que ya teníais un poco olvidadas pero que la gente todavía coreaba?

Pues fue alucinante. Nos lo pasamos como enanos. Nos llevamos como nunca nos habíamos llevado. Siempre hemos sido de llevarnos muy bien, la verdad que Los Ronaldos siempre hemos sido muy familia, Ricardo era amigo de toda la vida de mi hermano mayor. Pero bueno, hemos tenido problemas, hemos tenido momentos malos. Pero en estos tres años no han existido los problemas, era todo super relajado, nadie quería discutir, así que fue una gozada.

Hablando un poco de tu nuevo disco, ‘La hora de los gigantes’, que coincide con el título de la última canción, ¿a qué te refieres con esta expresión? ¿quiénes son los gigantes?

Los gigantes son aquellos que deciden que el miedo no les paralice, que deciden sacudirse el miedo de encima y caminar. El miedo yo creo que es...

(Nos interrumpe un desconocido que quiere enseñarle unos carteles que ha hecho, queda en verlos cuando terminemos esta entrevista)

¿Te suelen parar mucho?

La verdad es que últimamente poco y es un gusto. Pasé una época que tenía lo peor de la fama y nada de lo bueno. Y ahora es un gusto, porque tengo reconocimiento y tengo público en los conciertos, pero casi nadie me conoce. Está muy bien.

Bueno, estábamos hablando de quiénes eran los gigantes...

Sí, eso. Yo creo que el miedo es inherente al ser humano. Vivimos rodeados de mucho miedo y vivimos con mucho miedo dentro. Los gigantes son los que vencen el miedo y deciden hacer cosas que les hagan bien y que les hagan sentirse bien. Entonces ésta es la hora de hacer las cosas bien, de sentirse bien y de dejar de buscar respuestas a preguntas que no la tienen y dedicarse a vivir.

¿Y crees que has superado tus miedos personales?

El miedo no se acaba de superar nunca del todo, siempre tenemos miedo a algo, pero sí que uno puede aprender a vivir a pesar del miedo.

Pensé que en 'La hora de los gigantes' hacías referencia al riesgo que conlleva sacar otro disco, el miedo a cómo lo va a recibir la gente...

No, para eso soy muy poco miedoso, para eso soy totalmente insensato y arrojado, no me da ningún miedo, las nuevas aventuras, al revés, me ponen muchísimo. Quizá son otras cosas más particulares.

¿Puede decirse que es un disco más optimista?

Sobre todo más ligero, más de no comerse el coco, de no buscar respuestas, de simplemente expresarse libremente y positivamente. Por ejemplo ‘Cuídate’ es una canción que habla de una ruptura sentimental pero de una manera positiva, es como "ciao y que te vaya bien".

Las letras son más directas, tienen menos metáforas y menos simbolismos que en ‘Sueños’, en el que el propio tema lo pedía.

Sí, es una forma muy liberadora. Antes, cuando quería decir algo me comía el coco para decir eso pero decirlo de otra manera. En este disco ha sido muy liberador, es decir, quiero decir algo pues lo digo así. Y no busco metáforas ni busco vueltas. No sé por qué he tomado esta decisión, la he tomado simplemente. Me he puesto a escribir y me ha salido así, tampoco ha sido nada premeditado.

También es un poco más rockero, ¿no?

Sí, hay gente que piensa que no. Yo creo que es un disco rockero, yo creo que todos los que lo hemos hecho somos muy rockeros, hemos mamado rock’n’roll como bellacos y se nota. Quizás las estructuras no sean tan rockeras porque no son tan secillas, no son de tres acordes. Pero el sonido de las guitarras, la manera de cantar y la actitud, sobre todo, la actitud a la hora de enfrentar una canción... Somos rockeros y está ahí, no lo podemos evitar. El rock’n’roll además es muy amplio. Hay fans de Los Ronaldos que dicen "joder, es que no es tan rockero"... Sí es rockero, pero es que el rock’n’roll lleva desde los años 50 y se ha hecho de todo. Los Beatles lo cambiaron todo y los Stones también y el rock’n’roll tiene diez mil secciones y diez mil apartados y al final el rock’n’roll está en otro sitio, no está en la marcha y en la distorsión, está en una cosa más interna yo creo.

Y hablando un poco de las canciones... El optimismo también se ve en la primera, ‘Hasta el final’, que invita a salir de una mala etapa y arriesgarse.

Sí, habla de lo que habla el disco, de lo que hablábamos. De mudanza, de cambio, de empezar otras cosas, de arriesgarse y de ir hasta el final sin miedo. De poner un poco de orden y de limpieza, que está muy bien. A veces el caos mola un huevo, no necesariamente tiene que ser una mala etapa lo que se deja detrás, sino una etapa distinta. A veces mola un huevo tirarlo todo por el suelo y abandonarse. A veces es maravilloso y sanísimo. Y a veces mola también hacer la comidita, tenerlo todo limpito y fumarse un cigarro al sol.

En ‘Berlín’ también hablas de volver a empezar, de mudanza... Es la canción más desnuda, con ese ritmo de tiovivo.

Sí, tiene un ritmo de 3 por 4, que es el ritmo del vals. Es una canción de viaje. Es algo que siempre tengo en la cabeza, el intentar la aventura de vivir en otro sitio. Siempre he vivido en Madrid, siempre ha sido mi ciudad. Me apasiona Madrid pero siempre estoy con la idea de vivir la aventura de ser ciudadano de otra ciudad y esta canción habla de eso.

¿Y por qué Berlín?

Berlín es un símbolo, es una palabra preciosa, sonora... parece que suena una campanita al final. Aparte es una ciudad maravillosa, amable... Tiene cuatro veces el tamaño de Madrid pero la mitad de población. No sé, es una ciudad maravillosa, pero vamos, no estoy pensando en mudarme a Berlín concretamente.

¿Y en mudarte a otra ciudad?

Sí, en mudarme a otra ciudad sí es muy posible. Quizá a Buenos Aires. Es una ciudad que me llama... oigo desde allí: "¡Cooooqueee, Coooqueee!", con acento argentino (ríe). Y ocurrirá, yo creo que en algún momento ocurrirá. Se ha adelantado Xoel, de Deluxe, que se ha ido allí a vivir y a tocar, el cabrón me ha robado la idea, pero bueno, le perdonaré (sonríe).

‘She’s my baby’, ‘Abróchate’ y ‘Me olvido de ti’ tienen un toque más descarado, recuerdan más a la etapa de Los Ronaldos, ¿no crees?

Sí, eso siempre sale. Yo creo que de alguna manera en todos los discos ha salido. Quizás en ‘Sueños’ no porque lo tuve prohibido, esa disciplina de la que hablábamos antes. Pero en el ‘Astronauta’ también hubo canciones muy rockeras, muy ronalderas, muy stonianas, como ‘Paula’, como ‘Mentiras’… y aquí han salido también. Como me he dejado libre, me he quitado esa disciplina que me impuse en ‘Sueños’, ha salido lo que tengo dentro. De hecho, ‘Abróchate’ es una canción que yo imaginaba mucho más popera, me la imaginaba como una balada de éstas de Roy Orbison, tipo ‘You gotta it’. Lo que pasa es que Mauro (el guitarrista) la cogió, y como es un rockero empedernido, le metió ese rodex, que la llevó directamente de cabeza al rock’n’roll de los Stones y dije "pues venga, vamos a ir por aquí".

‘Hace tiempo’ recurre a un estilo al que no nos tienes acostumbrados.

Sí, es una ranchera, es un capricho. En un momento dije, "cómo me apetece hacer una ranchera" y escuché varias rancheras de gente que me gusta. Beck por ejemplo tiene unas rancheras increíbles en ‘Imitations’, un disco muy acústico, muy tranquilito. Iván Ferreiro tiene varias rancheras, una en especial que es ‘Son preciosos nuestros besos’, maravillosa. Y tuve el capricho de "yo quiero mi ranchera también". Y empecé a tocar el beat de la ranchera y salió esto.

¿Cómo será la gira de ‘La hora de los gigantes’?

Vamos a ir muy despacito y vamos a tocar en sitios muy pequeños. Me siento como empezando , así que me apetece que la gente sienta que estoy como empezando. Quiero ir poco a poco y estar todo este año y el que viene tocando.

Y en el ámbito del cine, tu último trabajo ha sido en ‘Íntimos y extraños’ (2008), pendiente de estreno.

Se estrenó en el festival de Valladolid, ganó el premio del público y me imagino que Rubén Alonso, que es el director, estará ahí batiéndose el cuero para estrenarla en condiciones. Supongo que se estrenará en salas este año, pero no lo sé.

¿Y cuál es tu papel en la película?

Son tres historias independientes de tres parejas. Tienen una especie de hilo conductor, pero no están conectadas unas con otras. Y yo hago el papel masculino de una de las parejas, junto con Blanca Levín, que es una actriz chilena maravillosa. Es una estrella, aquí no la conocemos pero es una actriz grande. Y bueno, la película es bastante desesperanzadora. Tiene algo de agresiva, de violenta. Se centra en la parte más violenta de las relaciones de pareja. Violenta no sólo de golpes, sino también violenta verbal e internamente, esa violencia continua que hay en una relación cuando la pareja no funciona.

¿Tienes algún proyecto a la vista?

Ahora mismo no. Tengo un proyecto que se llama ‘La hora de los gigantes’ y no quiero saber nada más, porque me apetece muchísimo tocar. No, si ahora dijese que sí a una película tendría que pararlo todo y ni se me pasa por la cabeza. Ni que me llamase Coppola (sonríe). Bueno, Coppola… (se ríe).

Entonces, si tuvieras que elegir entre la música y el cine…

Obvio. Yo soy músico. En la música cuento mis historias, hablo de lo que me pasa a mí y en el cine soy un instrumento para hablar de lo que le pasa a otro. Y sobre todo que a mí lo que me gusta es estar encima de un escenario y esa libertad del escenario que en el cine es otra cosa, es apasionante también, pero es otra cosa.

Se me ocurre que puedes hacer una película en la que puedas cantar, un biopic al estilo del de Ray Charles o Johnny Cash.

¡Vete tú a saber, por qué no! (ríe).

Joaquin Phoenix dijo que dejaba el cine y se pasaba a la música…

¿Ah sí? ¿Ves? ¡Si es que la música mola mucho más!