Etiopía retratada


Una muestra de fotos de Castro Prieto acerca una visión conmovedora del país africano, en el Teatro Fernán Gómez

ESTHER ALVARADO
El Mundo



A Juan Manuel Castro Prieto no le gusta retratar el dolor y el hambre. En parte porque piensa que "es necesaria una étic de la representación cuando estamos fotografiando desde los países ricos a los países pobres. Estamos abusando de la miseria". Y puede qe también porque es incapaz de quedarse indiferente. Su amigo, también fotógrafo, Alejandro Castellote cuenta que en la exposición Etiopía, de la que es comisario, hay una imagen de un niño con una heida infectada en la pierna "que le hacía retorcerse de dolor". Juan Manuel hizo la foto, dejó la cámara, cogió al chaval y se lo llevó a una clínica para que recibiera tratamiento.


Por lo demás, en la muestra que acoge el Teatro Fernán Gómez no se una Etiopía de moscas y pobredumbre, sino un territorio donde "la mezcla de culturas es impresionante, tanto en su faceta religiosa como en las distintas procedencias", explica Castellote.

La intención del fotógrafo madrileño no es abundar en el patetismo que durante años se ha asociado a la imagen de este país, sino "retratar unas situaciones en las que los etíopes se sientan reconocidos".

Lo que a Juan Manuel Castro Prieto más le llamó la atención del país africano fue "la espectacularidad de los paisajes, así como la elegancia y dignidad de sus gentes.

Además, el fotógrafo se dejó arrastrar por el descubrimiento en Etiopía del homínido más antiguo, y allá se fue persiguiendo los huesos fósiles de Lucy. Pero cuando llegó, se encontró con un país que no había permanecido aislado de la "perversión iconográfica" que supone la mezcla entre lo moderno y lo anclado en el tiempo, "lo que le daba cierto toque surrealista, como se ve en la foto que cierra la muestra, de un hombre que lleva un paraguas con la cabeza del Pato Donald", explica el comisario.

Juan Manuel Castro Prieto -Premio de Fotografía de la Comunidad de Madrid en 2003- pertenece a la generación de fotógrafos españoles surgida en los 80. Etiopía es el resultado de cuatro viajes que realizó entre 2002 y 2006 al país africano, que posee una extraordinaria riqueza cultural, visible a través de las diferentes etnias que habitan su territorio y en la convivencia de cristianos, musulmans y animistas, que han generado un particular sincretismo simbólico.

Sus habitantes están orgullosos de un pasado que, salvo la ocupación italiana de cinco años entre 1936 y 1941, se ha mantenido al margen del reparto colonial que se produjo en África durante los siglos XIX y XX.

Etiopía ha sido durante la época del emperador Hailey Selassy un imperio con vocación expansiva, posteriormente pasó a ser un régimen comunista y en la actualidad es una democracia que lidia con las periódicas incursiones de las guerrillas, las hambrunas provocadas por las sequías y las secuelas de la guerra con Eritrea.

La exposición presenta 69 obras en gran formato. Se incluye en forma de Cuaderno de viaje una colección de 205 fotografías de pequeño tamaño que ilustran, de modo autobiográfico, las experiencias vividas durante la realización del proyecto.

Castro Prieto viaja con una cámara de placas de 20x25 centímetros (de las de fuelle y cortinilla que se ven en las películas), por cuyo objetivo se dejaron seducir los etíopes. Con ella, Juan Manuel no quiso robar sus almas. Las descubrió, las rescató y luego volvió con ellas a su lugar de origen para devolvérselas, impresas en papel, a sus legítimos propietarios.