"Ruins of Berlin", Dexter Romweber Duo (2009)


KEPA ARBIZU
Lumpen




Una de las características que hace fascinante al rock es su capacidad para albergar dentro de sí un enorme abanico de estilos, sonidos y sensaciones diferentes sin perder su esencia. Uno puede pasar de escuchar la balada más lacrimógena a un riff abrasivo sin mayores problemas.

Dexter Romweber es uno de los personajes que mejor ejemplariza este hecho. Creador en los noventa de un grupo (dúo para ser más exactos) de culto, Flat Duo Jets, basado en cabalgar por todos los estilos imaginados (surf, punk, country...) por medio de una maquina atronadora mezcla de rockabilly y garage.

Su carrera en solitario no modifica en absoluto su manera ecléctica de entender la música. Tomando como base su parte rockera más ortodoxa, su nómina de tonalidades no deja de incrementar, y ahora en su nuevo disco, “Ruins of Berlin”, llega a sonar más relajado, más dramático e incluso taciturno que en ninguna de sus referencias.

Para este nuevo proyecto, Dexter Romweber Duo, elige la compañía de su hermana, Sara, que será la encargada de la batería y demás percusiones, mientras que Dexter se hace con el timón de todo lo demás. Sigue fiel también a la idea de formar sus grupos con sólo dos integrantes, opción muy de moda en los últimos tiempos gracias a White Stripes, como es lógico, grandes admiradores del norteamericano.

La voz grave, potente y llena de personalidad, es uno de los ingredientes claves de estre disco, además de un engranaje sonoro repleto de fuerza. Así queda patente en la primera canción, “Lookout”, derroche rítmico lleno de rockabilly y toques de surf donde colabora Rick Miller, componente de Southern culture on the skids, que ya produjo alguno de los trabajos de Dexter.

Como es habitual a lo largo de su discografía, en este nuevo lanzamiento también hay lugar para las versiones. Todas ellas son canciones de una popularidad relativa y de compositores muy diversos. Así, en la primera parte del disco se agolpan varias de ellas, destaca “Picture of you”, interpretado entre otros por Tom Jones y Robert Gordon (influencia clara del grupo) y que ahora se convierte, gracias a cierto deje gospel, en un excepcional tema. También es destacable la aparición de Cat Power en "Love Letters", popularizada por Tony Bennet en su momento y convertida ahora en una balada trágica sostenida por la mezcla de ambas voces, diferentes, pero complementadas perfectamente. "Cigarrete party" es una composición propia y donde rememora el sonido de su anterior grupo, característica poco común porque lo sorprendente de este disco es la capacidad que ha tenido su autor de ensanchar sus matices. Así por ejemplo, sobresale la bellísima "Still around" cantada con Neko Case y las “oscuras” "Camelia's gone", "Lonesome train" (estremecedora y magistralmente interpretada) y "Oh Lover's gone" donde quedan claras las influencias más típicas de Eddie Cochran o Johnny Cash y a las que hay que sumar nombres como el de Nick Cave.

Por desgracia, hay que decir que tanto este disco como su propio autor son un secreto demasiado bien guardado. Una lástima que sólo queda sofocada por la sensación satisfactoria de disfrutar con sus canciones y su apabullante facilidad para transitar por todos los estilos imaginados y consolidarse como uno de los artistas más completos actualmente.