El expolio nigeriano

EDMUNDO FAYANÁS ESCUER
Rebelión




Nigeria es uno de los países más grandes del continente africano y el más poblado, con más de 150 millones de habitantes, y con una tasa de crecimiento del 3% anual. País de amplios contrastes geográficos, posee una gran riqueza petrolífera y gasística, que no han tenido ninguna repercusión en la calidad de vida de los nigerianos.

Nigeria posee unos 250 grupos étnicos que provienen mayoritariamente de cuatro grandes etnias: los hausas y fulanis predominantes en el norte, los yorubas en el sudoeste y los ibos en el sudeste. La religión juega un papel muy importante en la vida de los nigerianos. En el norte del país predominan los musulmanes, mientras que en el sudeste es el cristianismo el dominante y en el sudoeste se mezclan el cristianismo, los musulmanes y los cultos tradicionales africanos.

Con esta variedad de etnias y religiones es fácil alentar el enfrentamiento de unas con otras, lo que hace que muchísimas multinacionales con el fin de obtener sus beneficios económicos, alientan este tipo de enfrentamientos étnicos y religiosos, Mientras, el Estado nigeriano muestra su debilidad, estando al dictado de los intereses de estas multinacionales y de los países occidentales. El índice de corrupción en Nigeria es el segundo más alto de todo el mundo y el respeto por la vida humana es mínimo.

Algunos datos sobre Nigeria sirven para entender el drama humano en que vive la población de este país y el expolio económico que sufre. Su esperanza de vida es de 47 años. Su renta per cápita ronda unos 360 euros anuales. El índice de pobreza es del 71% (105 millones de nigerianos) viviendo con menos de 0,7 euros diarios y su índice de SIDA ronda el 4% de su población, que representa un nivel altísimo y con tendencia ascendente. Nigeria es uno de los países con el índice de desarrollo más bajo.

Más del 50% de su población carece de agua potable. El río Níger supone un peligro para la población, pues es uno de los ríos más contaminados del mundo, proveniente esta contaminación de la actividad minera fundamentalmente del uranio, de los productos químicos agrícolas y del poco respeto medioambiental de las petroleras. Así nos encontramos con un país con grandes problemas hídricos.

En territorio nigeriano se encuentran prácticamente todas las multinacionales petrolíferas del mundo, siendo el octavo productor mundial y miembro de la OPEP, con una producción media diaria de 2.300.000 barriles diarios. Sin embargo, actualmente solo logra producir dos tercios de lo que debería ser su producción. Esto es debido a que grupos armados atacan regularmente las instalaciones petrolíferas, destacando el Movimiento de Emancipación del delta del Níger.

Nigeria exporta el 80% de su producción, lo que está en el origen de la escasez de gasolina que sufre el país. Un Estado con tal riqueza energética tiene aun 40% de su población carente de acceso a la electricidad.

Se calcula que para el año 2012, Nigeria llegará a su máxima producción petrolífera y desde ese momento sufrirá un fuerte declive de producción. En toda esta zona sureña de Nigeria donde se encuentran los pozos petrolíferos, hay una gran tensión, ya sea a través de movimientos civiles pacíficos o con el surgimiento de guerrillas, que atacan las plataformas y los oleoductos de las multinacionales. Toda está tensión es debido, por un lado a los fuertes prejuicios medioambientales que generan estas actividades y al poco cuidado que estas multinacionales tiene con las tierras del país. Por el otro lado la situación de injusticia generalizada en la distribución de la riqueza y del petróleo que como se ve se exporta masivamente, mientras que a ellos apenas les llega esta riqueza que es suya.

La multinacional norteamericana Shell está siendo juzgado por las explosiones y la quema de gas a cielo abierto en los pozos de extracción, con enormes consecuencias medioambientales en el ecosistema fluvial y agrícola del delta del río Níger, que perjudica gravemente la salud de millones de nigerianos con enfermedades respiratorias y tumorales.

A pesar de que el petróleo nigeriano tiene fecha de caducidad, sin embargo va a tener un sustituto en el gas, donde se contempla grandes posibilidades de expansión de su producción, debido al aprovechamiento del gas flaring resultado de la extracción de petróleo

Las reservas de gas de Nigeria son las mayores de África. Alcanzan los 190 trillones de metros cúbicos, pero se calcula que estas reservas son muy superiores. Actualmente se está planteando un gaseoducto de casi 4.200 km que una Nigeria, Níger y Argelia para llevar gas africano a Europa y no depender tanto de Rusia.

Si no fuera suficiente el expolio del petróleo y gas que sufren, estamos asistiendo a una nueva explotación agraria, a través de multinacionales alemanas, inglesas, chinas y norteamericanas.

Un nuevo negocio se está desarrollando ya en Nigeria de la mano de las multinacionales, la compra de grandes extensiones agrícolas para la producción de los agrocombustibles. Para que no sea tan descarado, las multinacionales se están apoyando en empresas nigerianas que las utilizan de tapadera para este nuevo expolio.

Los chinos utilizando la empresa local Casplex Company, han comprado unas 17.000 ha. de tierra para el cultivo de la yuca para la obtención de etanol. Se calcula que la alemana Hoyer Co Engeneering Gbr ha adquirido unas 50.000 Ha a diferentes comunidades en el fértil delta del Níger para el cultivo masivo de agrocombustibles y la producción de transgénicos

La norteamericana Food for all Internacional ha adquirido con el apoyo del gobierno nigeriano miles de ha. también en el delta del Níger para empezar a cultivar la yatropha, destinada a la producción de agrocombustibles destinados a la producción de electricidad.

Toda la política económica del gobierno nigeriano está diseñada a partir de los acuerdos con las multinacionales petroleras. Estas están exentas del pago de impuestos de importación y de otras tasas fiscales relacionadas con los biocombustibles dentro y fuera del país.

Como vemos, el gobierno nigeriano está al servicio de las multinacionales europeas y norteamericanas. Los sistemas democráticos de los países sedes de las multinacionales no son aplicados en estos países, donde solo les interesan sus riquezas y donde maximizan el beneficio a costa de pudrir el sistema político con una corrupción asesina y olvidándose de las gentes de estos países.

Los gobiernos europeos y norteamericano que continuamente dan lecciones de democracia y ética bien harían en controlar a sus multinacionales para que respetaran las riquezas de estos pueblos, así como que se esforzaran en la defensa de la vida humana que con tanto desprecio actúan en estos países.