Abraham Boba: "De los valores sociales actuales me molesta especialmente la exigencia de utilidad inmediata"




VÍCTOR LENORE
Rockdelux


Cuando publicó su primer disco en solitario muchos le tacharon de pretencioso, quizás por unas letras que hablaban de tesis doctorales sobre Charles Foster Kane o de vecinos molestos por tener que oír a Chopin. Ahora sus canciones suenan más urgentes, dibujando un mapa de dilemas vitales que muchos compartirán. Tanto si emociona como si decepciona, el estirón creativo es difícil de negar. Le ha pasado lo que a tantos cantautores. Su debut, "Abraham Boba" (Limbo Starr, 2007), quedó algo frío porque el repertorio no había rodado en directo y la banda no estaba del todo engrasada. En su segunda entrega, "La educación" (Limbo Starr, 2009), sube la temperatura gracias a las guitarras y una mayor presencia de las cuerdas. "Tampoco creo que sea un disco recargado, pero en comparación con el otro igual es más rico en timbres e instrumentación", explica. Más allá de tecnicismos, suena como un paso adelante.

Tu segundo disco parece hecho en un momento de transición. Tanto por las letras sobre conflictos emocionales como por la portada, donde apareces con un cuaderno abierto.

Es una foto que me hicieron sin que me diesen cuenta, bastante más acorde con el contenido del disco que un posado. Todo surge de un momento de transición total. No hablo de amor en positivo ni de amor en negativo, sino de ver qué se iba a desarrollar en ese momento. Tampoco hablo de mí, sino de cosas universales. Cuando estaba en esta situación, en un momento bastante difícil, hablaba con mis amigos o con otras personas y veía que a todos les pasa más o menos lo mismo, aunque luego cada uno tomamos decisiones diferentes.

Hay gente que encuentra pretencioso tu debut. ¿Qué les dirías?

Leí una entrevista a Woody Allen que me hizo mucha gracia. Decía que el cine que más le interesa es el sensiblero y dramático, películas tipo Bergman o Antonioni, historias nada ligeras. Para él los que mejor se lo pasan haciendo cine son los directores serios. También decía que el cine que busca la belleza es cine sin risas. Mi manera de enfrentarme a hacer canciones es tirar por ese lado. A veces juego con el humor, pero busco la belleza a través de algo serio. Lo que yo hago es una conjunción de música no muy jovial con letras que veo bastante coloquiales.

Como oyente, ¿qué es lo que más te molesta de un cantautor?

Que cante algo manido, que no tenga un punto fresco. Busco que me haga sentir un poco de emoción. Y en las letras, demasiadas imágenes metafóricas tampoco me gustan. Prefiero a aquellos que son capaces de desarrollar una historia como si te la contaran.

En la letra de "La educación" el protagonista habla de librarse de comportamientos paralizantes que le han inculcado a lo largo de su vida: "Empecé a cuestionarme mi falta de acción / y pensé esto es cosa de la educación". ¿Qué opinas de los valores sociales dominantes hoy en día? ¿Hay alguno que te moleste especialmente?

La educación es un concepto demasiado amplio para permitirme generalizar sobre él. A mí me interesaba desde un punto de vista psicológico del desarrollo como persona. Se crean conflictos y es difícil desprenderse de algo que durante mucho tiempo te han dicho que es bueno o que es malo. De los valores sociales actuales me molesta especialmente la exigencia de utilidad inmediata. Esa idea de que todo ha de ser accesible e instantáneo es una estupidez.

Tus dos álbumes me sugieren un autor y unos personajes que se encuentran incómodos en la sociedad donde les ha tocado vivir. ¿Qué papel dirías que juega para ti la música en la resistencia frente a lo que no te gusta?

La música me sirve mucho más como refugio que como protesta. Tanto la mía a la hora de crear un mundo personal como la de otros cuando busco algún tipo de sensación. En cuanto a lo que comentas no creo que sea tanto incomodidad como inconformismo.

Según tu opinión, ¿cuál es la función de artista?

A mí el arte que me parece interesante es el que me resulta útil. Volviendo al ejemplo del cine, a lo mejor veo una película que a alguien le parezca un coñazo, yo la veo y me sirve para entender algo a lo que llevo dándole vueltas un tiempo, o una idea, o un estado de ánimo. Piensa en el típico momento en que estás deprimidísimo: hay quien se pone una canción que todavía le deprime más y hay quien busca lo contrario para que le cambie el humor. Yo soy de los de ponerme una que me haga más daño.

Cuéntame alguna vez que te haya pasado con una canción, una película o un libro.

Es difícil quedarse con uno, pero me gusta mucho cómo trata las cosas el escritor norteamericano Raymond Carver. Es una manera sencilla, que lo podrías haber escrito tú, pero que, claro, no es fácil escribirlo así. Te está contando una historia incluso sin final pero lo bonito es la manera de decírtelo. Te hace ver otras perspectivas. En cuanto a películas, supongo que cualquiera de Ingmar Bergman serviría. Me gusta mucho "Secretos de un matrimonio". La vi en un momento en el que sentía bastante empatía por la temática que trataba. La película cuenta cosas que necesitas que alguien te las diga desde fuera para verlas de otra manera. Siempre que la poníamos mi antigua pareja y yo pensábamos: "Puto Bergman".

¿Se te ocurre alguna canción que en algún momento te haya ayudado a salir de un estado de ánimo bajo?

No soy mucho de explotar una misma canción. Quiero decir que eso de despertarme todas las mañanas con la misma canción durante una temporada o repetir la escucha de un disco no recuerdo haberlo hecho nunca, ni en los buenos ni en los malos momentos. Hay algunas de Leonard Cohen o de Bob Dylan a las que sí recurro muchas veces, porque siempre acabo descubriendo un significado distinto dependiendo del estado de ánimo en que las escuche. Últimamente hay tres canciones que me pongo mucho: "Living without you" de Randy Newman, "Poison cup" de M. Ward y "May I?" de Kevin Ayers.