"American standard", Dayna Kurtz (2009)


KEPA ARBIZU
Lumpen




Con respecto a Dayna Kurtz debo ser muy claro, me parece la voz más fascinante de la actualidad. No sé si la más dotada o la mejor ejecutada pero su tono hondo, algo engolado, y desbordante de fuerza, me parece perfecto. Es capaz de sonar arrebatadora como Nina Simone, delicada como Joni Mitchell o afectada como Marianne Faithfull, y todo ello sin perder un ápice de su personalidad. Todos los estilos que pasan por sus manos quedan marcados por su peculiar forma, que sin estar exenta de belleza siempre lleva una sombra oscura que la hace más atractiva.

Pero su figura no acaba en la manera de cantar, es de admirar la dedicación que pone en la tarea de crear canciones. Al margen de su talento para escribir letras, es capaz de realizar un disco casi entero de versiones (“Beatiful yesterday”), como de abandonar su acogedora vida familiar e irse a un remoto desierto para encontrar allí la inspiración (“Another black feather”).

“American standard” es su nuevo trabajo. Hay varios aspectos del disco que están relacionados directamente con ese título. Lo primero de todo, estilísticamente nos encontramos ante el trabajo más americano de la cantante. Aunque interpreta diferentes estilos todos se engloban dentro de un denominado “rock con raíces”. Por otra parte el carácter claramente religioso que posee, que no divino, cosa muy típica de dicho continente. Y por último, su grabación no ha sido realizada en un único estudio, han sido varios los lugares elegidos para plasmar su sonido, haciendo una mini ruta por el país.

Ya he comentado que nunca ha existido en Dayna Kurtz esa necesidad, algo arrogante, de interpretar sólo sus propias composiciones, nunca ha tenido problema en utilizar versiones y darlas su estilo. Como es habitual, en esta ocasión también aparecen unas cuantas. La primera con la que nos encontramos es “Here comes a regular”, maravilloso tema de los Replacements que Dayna Kurtz, con la ayuda de Keren Ann, le aporta un tono más misterioso. “Don´t go down” de Elliot Smith aparece aquí convertida en un sublime tema de soul sureño donde la voz de ella suena en primer plano rotunda. Las dos siguientes sirven para homenajear a los pioneros del rock y su música, la primera, “Hanging around my boy”, un rock and roll de Sonny Burguess, del que además ha tomado prestado sus estudios y su banda para grabar parte de este disco, la segunda, un tema country de Slim Willet, “Lou Lou knows”, que transforma su vivacidad original en una soberbia versión repleta de fuerza y oscuridad.

Pero no es su única cualidad transformar versiones en arrebatadoras creaciones propias. De su puño y letra surge el rockabilly de “Good in 62” o el góspel desértico de “You fine girl” . Elegiaca y emotiva resulta “Invocation”. Con la forma de una canción entre el folk-country sureño y el fondo de una súplica religiosa. “Billboards for Jesus ” es otro tema genial, sostenido por una rotunda guitarra eléctrica de aires sureños. Cambia radicalmente con “Are you dancing with her tonight?”, una canción típica de los guateques de los años cincuenta o sesenta que perfectamente pasaría por ser una composición del Ritchie Valens más romántico. Y no hay mejor manera para acabar un disco que con música de Nueva Orleans, llena de ritmo y movimiento, utilizado tanto para la fiesta como para sus espectáculos funerarios. Soberbio punto de final.

Podría ponerme a discernir si a este nuevo disco le falta cierta unidad sonora para ser perfecto o si está por debajo, o no, de su predecesor “Another black feather”, pero la única verdad es que lo único que quiero es volver a escucharlo.