"En tierra hostil", ¿un nuevo "Apocalypse Now"?


AIDA M. PEREDA
Tercera Información




El último filme de Kathryn Bigelow , ’En tierra hostil’ (’The hurt locker’), no deja de cosechar premios entre la crítica y la industria cinematográfica. Incluso la propia realizadora, autora de cintas como ’Le llaman Bodhi’, ’Días extraños’, ’El peso del agua’ o ’K-19’, podría ser la primera mujer ganadora de un Oscar en la categoría de Mejor Director.

Siete años de descanso se ha tomado Bigelow para regresar con una película bélica donde sustituye los grandes efectos especiales, inherentes a las escenas de acción, por una estética en clave de ficción-documental de la que se sirve para recrear de forma más auténtica el día a día en Irak de un equipo de soldados estadounidenses encargados de la desactivación de explosivos. Rodada en Jordania con cámara en mano, llega a marear con ese movimiento frenético y el uso tan doméstico del zoom durante las dos horas que dura el filme.

Lejos de plantear una crítica sobre la ocupación norteamericana, Bigelow trata de corroborar la tesis que plantea en su cita introductora: "la guerra es una droga", extraída del libro ’La guerra es la fuerza que nos da sentido’ de Chris Hedges (ex-corresponsal de guerra de The New York Times y ganador del Pulitzer en 2002), que evoca la capacidad adrenalítica de la guerra. De esta manera, Bigelow explicará el comportamiento del protagonista de la historia, que actuará de forma temeraria poniendo en peligro a sus compañeros tan sólo por su excitación ante el riesgo.

A pesar de llevar más de 800 artefactos desactivados en su vida, el sargento James (interpretado por Jeremy Renner) tendrá que ganarse la confianza de su escuadrón, formado por el sargento Sanborn (Anthony Mackie), de origen afroamericano, y el soldado Eldridge (Brian Geraghty), que sobrelleva el miedo mediante atención psicológica. Ninguno de los dos entiende el comportamiento imprudente y bravucón de éste y únicamente piensan en los días que restan para abandonar suelo iraquí y y llegar sanos y salvos a casa. El reparto, sustentado por este trío de desconocidos, que cuenta con las apariciones estelares de Ralph Fiennes, Guy Pierce y Evangeline Lilly (de la serie ’Perdidos’), es un gran acierto, pues permite que Bigelow se salte la norma tácita de que la estrella no desaparezca a la primera de cambio.

El guión parte de las vivencias del periodista y también guionista (inspiró a Paul Haggis en el guión de ’En el valle de Elah’ con uno de sus artículos) Mark Boal en la escuadrilla de antiexplosivos del ejército de Estados Unidos. James Cameron, ex-marido de Bigelow, fue quien la convenció para que se hiciera cargo del proyecto, ya que, a su parecer, podía ser "la próxima ’Platoon’ sobre la guerra de Irak". Sin embargo, el guión es una repetición de episodios inconexos que llegan a saturar al espectador, que aunque se mantiene en tensión ante la posibilidad de que una de las bombas explote, no llega a empatizar con el protagonista. Los intentos de humanizarlo y mostrar sus contradicciones, de manera innecesariamente verbalizada, resultan a todas luces fallidos. Bigelow trata de hacer ver que su desequilibrio mental es consecuencia directa de la guerra, sin plantear en ningún momento que pueda formar parte de su personalidad. La simplicidad del sargento James es totalmente opuesta a la complejidad con la que Coppola dota al coronel Kurtz en ’Apocalypse Now’.

Por otro lado, no puede decirse que ’En tierra hostil’ sea una película sobre la guerra de Irak simplemente porque su historia se ambiente en ese país. La ciudad de Bagdad sirve de mero decorado para los verdaderos protagonistas, los militares estadounidenses, y los iraquíes, exceptuando tal vez a Beckham, un niño que vende películas, no aparecen sino como extras. Además de no profundizar en las causas de la guerra de Irak, los iraquíes son presentados como potenciales terroristas suicidas.

En ’En tierra hostil’ se echa en falta un mensaje más comprometido, pues Bigelow se limita a filmar una película bélica que, amén de profetizar con un discurso antimilitarista, exalta la "valentía" de unos muchachos en misión "humanitaria". Y de nuevo, sale perdiendo en comparación con ’Apocalypse Now’, una película que refleja la capacidad humana de destrucción y desmitifica a esos "héroes" de la guerra. ’En tierra hostil’ no deja de ser un filme que convierte, de forma despreocupada, las escenas "producidas" en un contexto bélico en entretenimiento y espectáculo, y se jacta de carecer de una visión de crítica al comportamiento humano.