Uno de los grupos esenciales de los ochenta regresa con nuevas canciones que conservan su rabia y frescura
JUAN PUCHADES
El País
Vuelven como se fueron, sin mucho revuelo. Entonces era 1983 y a los grupos de la nueva ola la imparable movida les pasaba por encima: modernos contra babosos. Pelos tintados contra cabellos naturales. Idioteces del momento. En todo caso, Mamá, la banda madrileña que en 1980 fue la gran esperanza del pop español, tres años después no era más que un grupo incapaz de resolver sus propias contradicciones musicales -les gustaba virar de rumbo, aunque nunca hacían escala en ningún puerto-, sobrepasado por los estudios de grabación y los productores del momento. Así que tiraron la toalla y sus componentes se perdieron en diferentes proyectos.
Siempre opinaron que sus discos -dos elepés y un epé- no recogieron su potencial, pero esas escasas grabaciones dejaron un recuerdo indeleble en los seguidores del mejor pop ibérico: las sensacionales canciones se impusieron a las torpes producciones. Tozudos, a finales de los noventa quisieron devolverle la fuerza a esas composiciones con un disco en directo. En 2001 decidieron hacer justicia recuperando en CD las gloriosas viejas maquetas, esas en las que, pese a las imperfecciones, se mostraba el ímpetu del grupo. Pero la sorpresa para José María Granados, vocalista y principal compositor de Mamá, fue cuando inició carrera en solitario en 2002: "Me di cuenta de que aquel repertorio permanecía. En su momento no pensamos que aquello fuera algo muy importante, no creímos que tuviera ninguna trascendencia. ¡Y luego ha pesado como una losa!".
Este regreso -que Granados no lo considera tal: "Nunca nos fuimos, sólo que no tuvimos continuidad"- surge de la casualidad y lo sobrevuela el recuerdo de Manolo Mené, guitarrista, compositor y vocalista de Mamá, fallecido por un infarto en 2004. "Manolo siempre fue un catalizador muy importante entre nosotros, y con su desaparición nos fuimos acercando mucho más, valorando a los amigos de toda la vida". Así que Granados, preparando temas para su siguiente trabajo solista, vio que algunas canciones le recordaban la inmediatez de las de Mamá y le propuso a Carlos Rodríguez (bajista en la primera formación, ahora también guitarrista y productor) maquetarlas juntos. "Era ver qué salía, probar cómo sonaba, como si fuera Mamá, pero no con la idea de hacer un disco, era más un reto que otra cosa. Sobre todo porque el sonido de Mamá no lo conocía nadie más que nosotros, porque se puede hablar mucho de Mamá, pero la gente que iba a nuestros directos era poca, y los que han escuchado los discos tampoco pueden saber el sonido que teníamos en la época, y menos cómo podríamos sonar ahora. Siempre tuvimos ganas de desquitarnos con el tema de las producciones, y a medida que íbamos maquetando esos dos o tres temas vimos que nos sonaba a Mamá. Y nos fuimos animando. Todo ha ido muy rodado". También se incorporó el batería Miguel Gutiérrez Guti, y sin darse mucha cuenta estaban dando forma a un disco de nuevas canciones de Mamá. Ya metidos de pleno en el trabajo, escucharon maquetas con temas inéditos de Manolo Mené y recuperaron dos, compuestos en 1984 junto a Carlos Rodríguez; en uno de ellos han insertado un solo de guitarra de Mené. "Fue muy emotivo. Escuchar todo el material de Manolo para nosotros era un poco duro, pero nos pusimos a ello y, en fin, que sentimos buenas vibraciones y decidimos tirar adelante". Además, en dos temas se suman las guitarras de los otros dos componentes de la formación original: Manuel Ruiz Nono, en guitarras, y Luis Caballero, en teclados. De este modo, La mejor canción, el nuevo disco, reúne a todos los miembros originales.
¿Pero La mejor canción suena a Mamá? Más o menos, han pasado 27 años de las últimas grabaciones en estudio del grupo e, inevitablemente, sus componentes no son aquellos veinteañeros de entonces y Granados ya no escribe de amores juveniles ni de chicas de colegio. Pero, sí, hay una impronta, y un sonido -inmediato, rabioso, fresco- que remite a Mamá. "La idea era que sonara a grupo, eso era fundamental. A mí siempre me ha gustado trabajar en banda, por eso inicié tan tarde la carrera en solitario, porque me gusta compartir con otra gente y me gusta el concepto de banda. Aunque compongas las canciones, no es lo mismo trabajar con más gente. En solitario me pongo como más serio a la hora de componer. Un grupo aporta energías de diferentes personas interesadas en que las cosas suenen de una determinada manera". Animados con el resultado, ya han ofrecido algunos conciertos y están ensayando el viejo repertorio para llevarlo otra vez a los escenarios.
Siempre opinaron que sus discos -dos elepés y un epé- no recogieron su potencial, pero esas escasas grabaciones dejaron un recuerdo indeleble en los seguidores del mejor pop ibérico: las sensacionales canciones se impusieron a las torpes producciones. Tozudos, a finales de los noventa quisieron devolverle la fuerza a esas composiciones con un disco en directo. En 2001 decidieron hacer justicia recuperando en CD las gloriosas viejas maquetas, esas en las que, pese a las imperfecciones, se mostraba el ímpetu del grupo. Pero la sorpresa para José María Granados, vocalista y principal compositor de Mamá, fue cuando inició carrera en solitario en 2002: "Me di cuenta de que aquel repertorio permanecía. En su momento no pensamos que aquello fuera algo muy importante, no creímos que tuviera ninguna trascendencia. ¡Y luego ha pesado como una losa!".
Este regreso -que Granados no lo considera tal: "Nunca nos fuimos, sólo que no tuvimos continuidad"- surge de la casualidad y lo sobrevuela el recuerdo de Manolo Mené, guitarrista, compositor y vocalista de Mamá, fallecido por un infarto en 2004. "Manolo siempre fue un catalizador muy importante entre nosotros, y con su desaparición nos fuimos acercando mucho más, valorando a los amigos de toda la vida". Así que Granados, preparando temas para su siguiente trabajo solista, vio que algunas canciones le recordaban la inmediatez de las de Mamá y le propuso a Carlos Rodríguez (bajista en la primera formación, ahora también guitarrista y productor) maquetarlas juntos. "Era ver qué salía, probar cómo sonaba, como si fuera Mamá, pero no con la idea de hacer un disco, era más un reto que otra cosa. Sobre todo porque el sonido de Mamá no lo conocía nadie más que nosotros, porque se puede hablar mucho de Mamá, pero la gente que iba a nuestros directos era poca, y los que han escuchado los discos tampoco pueden saber el sonido que teníamos en la época, y menos cómo podríamos sonar ahora. Siempre tuvimos ganas de desquitarnos con el tema de las producciones, y a medida que íbamos maquetando esos dos o tres temas vimos que nos sonaba a Mamá. Y nos fuimos animando. Todo ha ido muy rodado". También se incorporó el batería Miguel Gutiérrez Guti, y sin darse mucha cuenta estaban dando forma a un disco de nuevas canciones de Mamá. Ya metidos de pleno en el trabajo, escucharon maquetas con temas inéditos de Manolo Mené y recuperaron dos, compuestos en 1984 junto a Carlos Rodríguez; en uno de ellos han insertado un solo de guitarra de Mené. "Fue muy emotivo. Escuchar todo el material de Manolo para nosotros era un poco duro, pero nos pusimos a ello y, en fin, que sentimos buenas vibraciones y decidimos tirar adelante". Además, en dos temas se suman las guitarras de los otros dos componentes de la formación original: Manuel Ruiz Nono, en guitarras, y Luis Caballero, en teclados. De este modo, La mejor canción, el nuevo disco, reúne a todos los miembros originales.
¿Pero La mejor canción suena a Mamá? Más o menos, han pasado 27 años de las últimas grabaciones en estudio del grupo e, inevitablemente, sus componentes no son aquellos veinteañeros de entonces y Granados ya no escribe de amores juveniles ni de chicas de colegio. Pero, sí, hay una impronta, y un sonido -inmediato, rabioso, fresco- que remite a Mamá. "La idea era que sonara a grupo, eso era fundamental. A mí siempre me ha gustado trabajar en banda, por eso inicié tan tarde la carrera en solitario, porque me gusta compartir con otra gente y me gusta el concepto de banda. Aunque compongas las canciones, no es lo mismo trabajar con más gente. En solitario me pongo como más serio a la hora de componer. Un grupo aporta energías de diferentes personas interesadas en que las cosas suenen de una determinada manera". Animados con el resultado, ya han ofrecido algunos conciertos y están ensayando el viejo repertorio para llevarlo otra vez a los escenarios.