La guerra peor contada


ALBERTO MASEGOSA
EFE



La invasión norteamericana y británica de Irak pasó en 2003 a los anales como la guerra mejor contada de la historia por la nutrida presencia de prensa extranjera en Bagdad durante los veintiún días que tardó en caer la capital iraquí.

Más de un lustro después, la ofensiva israelí en Gaza va camino de convertirse en la guerra peor contada de los últimos años después de que durante sus diez primeros días Israel no haya permitido la entrada de ningún periodista en ese territorio palestino.

Hace mes y medio que el Gobierno israelí restringió el acceso de informadores a la Franja y que la Asociación de Prensa Extranjera de Israel y los Territorios Palestinos (AFP) inició una batalla legal, que ha ganado pero cuya resolución está pendiente de ejecución.

En paralelo a gestiones diplomáticas de varias cancillerías occidentales, la AFP presentó un recurso que la Justicia respondió dando un "plazo de reflexión" al Estado Judío, algo que no impidió que entretanto se cerrara a cal y canto la Franja a la prensa.

Ya iniciada la ofensiva, la Corte Suprema acabó por dar un ultimátum al Gobierno y la semana pasada le obligó a permitir que entrara en Gaza un grupo de corresponsales que compartiera con el resto su información, lo que los anglosajones llaman un "pool".

La propuesta inicial era que el grupo lo formaran doce informadores, pero las autoridades israelíes impusieron nuevas condiciones: únicamente lo integrarían ocho, y ellas designarían dos a dedo; los otros seis serían elegidos por la AFP.

Y ahí comenzó la trifulca en el seno de la asociación.

La dirección de la AFP planteó que los miembros que así lo quisieran se apuntaran en una lista para proceder después a la selección pero el número de inscripciones se disparó de manera simultánea a las presiones por formar parte del "pool".

"Recibí todo tipo de protestas, incluso de amenazas", asegura la secretaria ejecutiva de la AFP, Glenys Sugarman.

La situación degeneró hasta que la televisión británica ITN amagó con llevar el asunto a los tribunales si la formación del "pool" no se decidía en una rueda de la suerte, lo que convenció a la dirección de la AFP de la necesidad de celebrar un sorteo.

Más de doscientos aspirantes participaron el domingo en ese sorteo, que tuvo lugar en presencia de dos letrados aunque los nombres de los elegidos por el azar no se podrán divulgar hasta que ya se encuentren en el escenario de la guerra.

Y eso todavía no había ocurrido el lunes.

Según el vicepresidente de la AFP, Daniel Blumenthal, el acuerdo con las autoridades israelíes implica que entrarán en Gaza, "según las regulaciones del Ejercito, es decir, solo cuando el Ejército abra los cruces" fronterizos con la Franja.

Y el día en que eso suceda es una incógnita.

Blumenthal también explicó que no cree que el pool permanezca en Gaza "más de seis horas, porque cuando el Ejército abre los cruces por la mañana los cierra por la tarde, y no pienso que se autorice a los periodistas a pernoctar" en el territorio palestino.

A la espera de entrar en este o el siguiente "pool" -se supone que al primero le sucederán otros-, los miembros de la AFP cubren el conflicto desde Jerusalén o ciudades cercanas a Franja.

En esas localidades -Askhelon, Ashdod, Sderot-, se les han sumado decenas de enviados especiales llegados desde los cuatro puntos cardinales y que no esconden tampoco su frustración.

Algunos han viajado a Egipto para tratar penetrar en Gaza por el cruce de Rafah, pero sin mayor fortuna porque las autoridades egipcias les han cortado asimismo el paso.