Miller invoca al fantasma de Marilyn


Se publica en España «Presencia», una recopilación de relatos inéditos del escritor / Destaca por su valor autobiográfico «El manuscrito desnudo», en el que se reconoce la presencia de su segunda esposa




VÍCTOR FERNÁNDEZ
La Razón


Pocas voces como la de Arthur Miller han logrado plasmar una imagen crítica del sueño americano. A los cuatro años de su muerte, Miller sigue pareciendo como uno de los pilares más sólidos de la narrativa estadounidense, aunque sí es cierto que ha habido fisuras alrededor del hombre con algunas revelaciones descubiertas tras su desaparición. Pero su producción literaria se sigue sosteniendo con fuerza, como lo demuestra la aparición a mediados de enero de «Presencia», una recopilación de cuentos inéditos que aparece en castellano por Tusquets y en catalán por Edicions 62.

Son seis narraciones breves publicadas en «The New Yorker», «Harper¿s» y «Esquire» durante los últimos años de su vida y que retoman varios de los temas habituales en el autor de «Después de la caída», especialmente el de la integración del inadaptado, el «misfit» que todos llevamos dentro. «Bulldog», «La función», «Castores», «El manuscrito desnudo», «La destilería de trementina» y «Presencia» son historias que nos devuelven a un Miller en estado puro, unas veces irónico, otras tierno, pero también amargo y pesimista en sus convicciones. Tal vez «El manuscrito desnudo» sea el relato con más elementos autobiográficos. Es la historia de los problemas que atrapan a Clemment, un escritor que intenta excitar su talento escribiendo sobre la piel desnuda de una mujer.

El psicoanálisis

Clemment recuerda a Lena, la que fue su mujer, personaje con algún rasgo parecido a la segunda mujer de Miller, Marilyn Monroe, y la fascinación de ésta por el psicoanálisis. Es el fragmento en que escribe Miller «a fin de salvar el matrimonio, Lena le había sugerido psicoanalizarse, pero la aversión del artista a hurgar en su propia mente y el riesgo de ver su mágica ceguedad reemplazada por el vulgar sentido común lo mantuvieron alejado del diván».

Una de las historias más fascinantes de «Presencia» es «La función», la aventura de Harold May, un bailarín de claqué judío, que alguien habría narrado a Miller con la intención de que posteriormente se convirtiera en material teatral. May no tiene suerte en los escenarios neoyorquinos, hecho que lo obliga a trasladarse a Europa, donde debe bailar en un cabaret berlinés ante el mismísimo Hitler. Miller, judío como su héroe, se mueve de manera magistral entre el suspense de la trama y el amor hacia las artes escénicas.

Con este libro no finaliza el legado de textos inéditos de Miller, pues aún no ha aparecido en nuestro país la que está considerada como última obra teatral de Miller. Se trata de «Finishing the picture», obra que ni siquiera ha llegado a los escenarios españoles -aunque sí ha existido algún intento- y que vuelve a retomar la desigual relación de Miller con Marilyn durante el rodaje de «Vidas rebeldes», así como los enfrentamientos del dramaturgo con Lee Strasberg, el padre del «método» interpretativo. Lo más curioso de esta pieza, concluida antes de la muerte de Miller y leída en un teatro por un grupo de actores en presencia del escritor, es que hasta la fecha únicamente se ha editado en francés. En esto tendrá mucho que ver Andrew Wylie, el todopoderoso agente literario que representa tanto a Miller como a la que fue última esposa del autor, la fotógrafa de Magnum Inge Morath.

SU CARA MENOS AMABLE

Miller no era un santo pese a su fachada de honestidad. Tras su muerte se supo de la existencia de un hijo, Daniel Miller, con síndrome de Down, que dejó oculto a los ojos de todo el mundo. Nacido de su matrimonio con Morath, no le dedicó ni una línea en ninguno de sus textos autobiográficos.

El hecho fue descubierto por la edición estadounidense de 'Vanity Fair'. A ello se le sumó en los últimos años de vida, entre 2002 y 2005, una curiosa relación con una pintora minimalista treinteañera, Agnes Barley, con quien trató de casarse desesperadamente.