Periodismo de guerra

KEPA ARBIZU
Lumpen



Noam Chomsky comparaba la labor de los medios de comunicación en las “democracias” con la que tienen los ejércitos en las dictaduras. Es decir, ambas, con diferentes modos de presión se encargan de mantener un “status quo” satisfactorio imponiendo un pensamiento inamovible. Viendo los modos que utiliza PRISA en relación a la consulta respecto a la nueva constitución en Bolivia, no parece que el lingüista americano esté muy alejado de la realidad.

No es para nada mi intención imponer a ningún periódico cuál debe ser su línea editorial, cada uno puede ser todo lo reaccionario que su conciencia tenga a bien. Lo que no se puede obviar es que son un medio de información, o varios, por lo que se supone que deben estar sujetos a dicho labor y moverse en esos términos. Por lo tanto la prioridad es informar, de manera veraz a poder ser, y más tarde si lo desean, dar su opinión. Por desgracia no es la primera vez, ni me temo que será la última que , en concreto El País, pase por alto su tarea principal.

Tampoco me voy a extender, no es el tema que me interesa ahora mismo, en los más que obvios intereses que tiene el grupo mediático al que pertenece en América Latina. De todos es sabido sus relaciones con otros grupos de diferente índole en esa zona. Aunque repito de nuevo, eso nunca puede ser una excusa para ofrecer una información totalmente sesgada y decididamente malintencionada.

Hay casos seguramente más sangrantes que el que voy a exponer, todos tenemos presentes las auténtica “carnicerías” informativas que hacen sobre Venezuela y más en concreto con el golpe de estado acaecido en dicho país. Aún así, sus informaciones de estos días respecto a la votación de la nueva constitución boliviana también son de enmarcar.

Hoy mismo, domingo, su edición aparecía adornada con el titular “ El poder indígena avanza en Bolivia ( y a veces destruye)”. No parece que vaya ser un ejemplo en las universidades para demostrar la objetividad que debe guardar un titular. A todos se nos ocurren unos cuantos más acordes con la realidad y sobre todo no tan escorados en una dirección.

Tal vez no tendría tanta importancia si ayer no hubiera aparecido también una entrevista con Branco Marinkovic, presidente del “Comité Cívico”, claramente posicionado en contra de la reforma. En principio nada que objetar, están en su derecho de entrevistar a la fuerza opositora. Tampoco habría nada grave en dejarle explayarse en la labor de dicho movimiento, vanagloriándose de intentar oponerse a una constitución que restringe libertades, según su opinión. Todo empieza a complicarse cuando dicho periódico pasa por alto informar o preguntar, a dicha persona, por algunos hechos que talvez al lector le podrían interesar para conformarse una idea sobre quién y de qué están hablando.

Algunos representantes de dicho movimiento, “Comité Cívico”, están envueltos, no sólo ellos, en la masacre de indígenas denominada “Matanza de Pando”, calificada por la UNASUR (Unión de naciones suramericanas) como crimen de “Lesa humanidad” (http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20081203/pags/20081203214928.html ) . La ONU también ha condenado dicha matanza y ha pedido que se investigue y aclare (http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-116426-2008-12-10.html )
. Añadir que existen pruebas documentales emitidas en la televisión boliviana.

Cuanto menos parece de mínimo rigor informar de estos hechos. Tampoco sería baladí, decir que Malinkovic está imputado en Bolivia por delitos de terrorismo y otros económicos. No tiene importancia ahora mismo hacer una valoración de la ideología de dicho sujeto ni en qué consiste su proyecto. De lo que se trata, y es lo realmente importante, es de informar, no de hacer política en beneficio de unos intereses.