"Roadsinger: To Warm You Through the Night", Yusuf Islam (2009)


KEPA ARBIZU
Lumpen



No son pocos los músicos que tras dedicar su vida, en mayor o menor medida, a la francachela del espectáculo, han dado un viraje a su trayectoria abrazando la religión como modo de redención o de huida de los placeres terrenales en pro de pensamientos más profundos. Ejemplos hay muchos, Al Green, Alice Cooper, Little Richard, Mike Farris son personas que de una manera más o menos pintoresca han seguido ese camino. La reflexión sobre este hecho no se alarga más allá de lo que dure la novedad de la noticia. Más comentarios suscitan, debido en gran parte al etnocentrismo cultural de occidente, cuando el personaje en cuestión se acerca al Islam y lo hace eje central de su vida. Ejemplos también hay varios, Terry Callier, Richard Thompson, Taj Mahal, y quien nos importa en este caso, Yusuf Islam.

Tras este nombre se encuentra Cat Stevens, músico perteneciente a esa generación de cantautores folk aparecidos durante los años sesenta. Hay que advertir que mientras varios nombres reseñables de ese conjunto como Bob Dylan, Fred Neil o Tim Hardin hacían un sonido, y un mensaje, más crudo, el hoy llamado Yusuf Islam, construía melodías más pop, por lo menos en sus inicios, acordes con sus letras y reflexiones, algo más “naifs”, sin que esto suene peyorativo.

Aun así no se podía quejar, ya que durante casi toda su carrera tuvo un buen número de éxitos comerciales con algunos de sus temas. Al margen de eso, es más que obligado resaltar su calidad y poner en la justa medida su mérito a la hora de crear discos tan perfectos como “Tea for the tillerman” o “Teaser and the firecat”.

Para comprender su evolución hay que explicar que tras alguna complicación seria de salud, su pensamiento cada vez se fue volviendo más espiritual y menos materialista, lo que se plasmaba en su música y que desembocaría en su escapada, en el años 78, del "show bussines" y su refugio en el Islam en busca de paz interior. A partir de esos años se aleja totalmente de la “música popular” y dedica su tiempo a las canciones religiosas. Siempre se ha caracterizado por hacer una lectura del Islam positiva y aglutinadora, lo que no le ha evitado recibir algunos comentarios recriminatorios por su elección religiosa.

De la misma manera que abandona su carrera convencional, en el 2006 y tras casi treinta años sin grabar nada, excepto los mencionados cantos religiosos, reaparece con “And other cup”. Un trabajo sin grandes momentos que reseñar, canciones algo simplonas y sin especial calado. Todo lo contrario que su nueva grabación, “Roadsinger: to warm you through the night”. Parece como si el anterior hubiese servido como entrenamiento para coger la forma y volver a sonar interesante. Martin Terefe es su nuevo productor, ya habituado a sacar gran rendimiento a otros cantautores como Ron Sexsmith, Martha Wainwright o James Morrison.

La grata sorpresa llega al escuchar los temas que aquí aparecen. Logran recoger perfectamente la esencia de lo que significó Cat Stevens en su etapa más destacada, donde ya por entonces aparecía su parte más espiritual en continua lucha contra la oscura realidad. Canciones que a su base acústica se le añaden otros instrumentos logrando sacar su mayor rendimiento.

Thinkingbout you” y “Roadsinger”, dos declaraciones de amor no necesariamente carnales, donde queda patente la melodía pop característica en él, en este caso bien adornada con instrumentación logrando un ambiente agradable. “Welcome home” utiliza los mismos mecanismos pero esta vez el ritmo y su forma de cantar es algo más cruda.

Hay momentos donde el estilo se torna más grave, y nos encontramos con ese cantautor hondo, algo oscuro. Así sucede en la brillante “The rain”, donde los sonidos orquestales dan peso a este canto pesimista con simbología religiosa. De parecidas características es la, también espectacular, “World”. “Everytime I dream” se nutre de un ritmo entre el blues y el soul pasado por su propio tamiz.

Cuando un disco como Roadsinger es capaz de llegar con tanta facilidad al oyente, todas las demás consideraciones extramusicales que se puedan decir del autor tienen, si cabe, menos importancia que nunca, y sólo queda disfrutar y estar muy atento a lo que nos intenta transmitir.