Keith Richards, el auténtico jefe de los Rolling Stones


ALEJANDRO ARTECHE
Soitu




Del liderazgo bicéfalo de los Rolling Stones, la figura de Keith Richards es quizá la menos conocida por el gran público, que no los fans. De hecho, Richards no concedió ninguna entrevista de importancia hasta 1971. Todas las hacía Mick Jagger. Ahora, y para solucionar esto, llega a las librerías la 'Biografía desautorizada' de Keith Richards. Escrita por Victor Bockris, la edición que se publica es la corregida y ampliada.

La primera versión del libro abarcaba hasta el periodo de 1993, fecha en que fue publicado. Una nueva versión actualizada hasta 2002 es la que podemos disfrutar ahora en castellano por parte del autor de otras biografías de artistas tan ilustres como Andy Warhol, Lou Reed, Patti Smith o el boxeador Muhammad Ali.

En ningún momento el guitarra de los Stones concedió ninguna entrevista para este libro pero sí muchos de sus conocidos, colaboradores y allegados, entre ellos su ex pareja y madre de sus hijos Anita Pallenberg. Una extensa entrevista que Victor Bockris le realizó para el High Times en 1977 poco después del arresto de Keith Richards en Barbados por posesión de drogas y las innumerables entrevistas que se han publicado a lo largo de su carrera son el eje central del libro.

Escrito de manera muy amena, ágil y en formato de reportaje, esta biografía desautorizada nos lleva a conocer la verdadera personalidad del príncipe de las tinieblas del rock 'n roll. Su pasión por la familia y sus hijos, los libros sobre historia nazi, sus problemas con las drogas y la bebida y su pasión por la música.

A través de 500 páginas vamos a descubrir que si los Rolling Stones siguen hoy en activo es gracias a Keith Richards, que desde la fundación de la banda ha hecho lo imposible por mantenerla siempre unida, a pesar de las zancadillas que le ha puesto más de una vez el ególatra de Jagger, sobre todo en la década de los 80. Con su aspecto de colgado y pasota, ha sido Keith Richards el que ha removido cielo y tierra para conseguir que la formación siguiera junta grabando discos y saliendo de gira.

Lo que por muchos de los colaboradores del grupo ha sido definido siempre como "una extraña pareja" o un matrimonio donde la tensión sexual siempre ha estado presente, una relación homosexual aunque no existiera sexo por medio y una lucha interna entre dos gallos por controlar el corral, se deja ver en este libro como una aventura apasionante.

Dos egos enormes intentando dirigir una nave. Luchas internas de poder, maniobras para derrocar los proyectos del otro, subterfugios para conseguir hacer lo que uno quiere… La vida interior de los Rolling Stones es como un pequeño país en constante guerra civil para conseguir el mando. Leer cómo se consigue reunir a los músicos para intentar grabar un nuevo disco cuando algunos están más interesados en sus proyectos en solitario o cómo intentar convencer a la prima donna de Mick Jagger de la necesidad de salir de gira están narrados en el libro de forma tan majestuosa, que casi parece que estemos asistiendo a la narración de una batalla naval.

No sé si decir de primera mano porque ya digo que Keith Richards no ha participado en el proyecto, pero con las declaraciones de gente afín y la prensa de la época, en el libro recibimos mucha información de algunos sucesos desagradables en la historia del grupo como la caída en desgracia entre el resto de los Stones y posterior muerte de Brian Jones; el concierto con los Angeles del Infierno que terminó con un espectador muerto a manos de los motoristas; las constantes detenciones en los 70 de Richards y su mujer por culpa de su desmesurado consumo de heroína, y los problemas y juicios que tuvieron en varios países…

¿Buen rollo?

Aunque parece que entre Jagger y Richards hay buen rollo, o al menos se toleran, en esta biografía no es que salga muy bien parado el cantante. Se comenta mucho su tan cacareada bisexualidad —sobre todo en los 60/70—. Anita Pallenberg cuenta como Mick Jagger se acostó con Brian Jones en el piso que compartían junto a Richards. Claro que también cuenta que John Lennon fue una vez de visita y pilló juntos a Keith y Mick. ¿Promiscuidad o ganas de probarlo todo? En el libro, Paul McCartney cuenta que durante una temporada a Jagger se le podía ver por la calle maquillado como si fuera un travesti.

Keith Richards es un apasionado de la música en general. En su colección de discos se mezclan Chaikovski y Andrés Segovia con Elvis Presley y los Beatles. Amante del blues, su principal pasión es conocer a otros músicos y pasarse días enteros encerrado en los estudios de grabación probando cosas. Son su parque de atracciones, mientras que Mick Jagger siempre ha sido más de relaciones públicas, famoseo, y escalada social.

En esta biografía de Victor Bockris se detalla como el propio Richards cuenta que el famoso logotipo de la lengua no pertenece a la boca de Mick Jagger, sino que está basada en la diosa hindú Kali. Creado a finales de los 60, Richards no estaba muy seguro de él y decía que era un símbolo que no iba a quedarse así siempre. "Quizá vaya convirtiéndose lentamente en una polla", declaraba con muy poca visión de futuro porque más de treinta años después, ahí sigue la famosa lengua.

El tema del diseño y la estética -¡quien lo iba a decir con el aspecto tan desaliñado que lleva siempre, aunque sea un desaliño cuidadosamente estudiado!- está presente en otras partes del libro. Richards, que se declara ateo, habla de religión y sobre su última mujer, devota cristiana que reza y bendice antes de sentarse a la mesa, y comenta que el crucifijo católico le incomoda tremendamente. ¡Un tío muerto clavado en un trozo de madera! ¡Menudo logotipo!, suele decir Keith Richards para zanjar las discusiones sobre religión.

Otra de las famosas leyendas urbanas que han seguido a tantas estrellas del rock drogadictas durante los 70 fue la del famoso 'cambio de sangre'. Se dijo de Eric Clapton y de Keith Richards, que iban a una clínica Suiza regularmente a cambiarse la sangre para limpiarse de los excesos de la heroína. En el libro Richards cuenta como es la historia y por fin podemos saber que sí, que la clínica existe, que es carísima y que en menos de una semana estás completamente limpio de droga sin necesidad de pasar un síndrome de abstinencia. También es cierto que se hace una serie de tratamientos en la sangre del paciente pero para saber como es el proceso y si verdaderamente se les cambia o no la sangre, eso mejor que lo lean.

Y sí, también habla de sus famosas caídas de cocoteros y ataques de bibliotecas enfurecidas que le obligaron a suspender algunos conciertos de las últimas giras y que tanta risa le causó a más de uno.