La detención del profesor negro de Harvard, Henry Louis Gates Jr, arroja luz sobre la situación del racismo en EEUU

RENE MONROE
Blackcommentator




La detención del profesor negro de Harvard, Henry Louis Gates Jr, arroja luz sobre la situación del racismo en EEUU en la era “post racial” que ha abierto la elección de Obama. “A diferencia del racismo del Sur que destaca la raza y trata de mantener a los negros en su sitio, el racismo liberal afirma no hacerlo.”

Ningún afro americano de los que vivimos en Cambridge se ha sorprendido o conmocionado por la humillación y el acoso que el profesor de la universidad de Harvard, Henry Louis Gates Jr., de 58 años de edad, recibió de manos de la policía de Cambridge.

A mi pareja, la doctora Thea James, médico de urgencias, que conducía de casa al trabajo la hacían parar siempre por “conducir siendo negra”. Y cuando los polis de Cambridge se daban cuenta de que era mujer, y lesbiana reafirmada, su homofobia desbocada aparecía. Thea coge ahora el autobús.

Los hijos de mi novia y sus amigos frecuentan el centro comercial de Cambridge (Cambridge´s Galleria Mall) al igual que otros críos. La policía de Cambridge les da el alto, a uno blanco y a dos asiáticos no, porque “comprar siendo negro” se confunde siempre con hurtar en los comercios.

Estas constantes redadas nuestras han pasado deliberadamente desapercibidas para el público porque Cambridge, orgullosamente denominada como “la República del Pueblo de Cambridge”, está clasificada entre una de las ciudades más liberales en EEUU. Y con dos de las principales instituciones de enseñanza superior- Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT)- que atraen a estudiantes e intelectuales de todo el mundo, el porfolio de diversidad y multiculturalismo de Cambridge rivaliza con el de la ONU.

A Cambridge también se la conoce con orgullo, por ser una de las primeras en muchas cosas en este país. Por ejemplo, fue la primera ciudad de Massachussets en emitir una aplicación legal para matrimonios del mismo sexo. Es la primera gran ciudad del país en elegir a un alcalde afro americano abiertamente gay- Ken Reeves. Y Cambridge ha elegido este año a su primera alcaldesa afro americana abiertamente lesbiana: E. Denise Simmons, la primera en todo el país. Deval Patrick es el primer gobernador afro americano de Massachussets.

No hay duda de que Cambridge es una ciudad progresista. Sin embargo, cuando rascas debajo de la superficie de Cambridge, hay también un racismo liberal que es igual de pernicioso, vil e intolerante que el racismo del Sur. Pero, a diferencia del racismo del Sur que destaca la raza y trata de mantener a los negros en su sitio, el racismo liberal afirma no hacerlo. Sin embargo, irónicamente, la clase liberal dominante de Cambridge mantiene sus fronteras raciales no mediante fuentes para beber, aseos o restaurantes designados como “de color” sino más por sus códigos postales, intersecciones de calles principales conocidas como plazas, como la famosa Harvard Square y áreas residenciales periféricas que son números asignados, como la mal afamada Area 4, un enclave de pobres negros y clase obrera predominantemente.

No importó que la llamada a la policía, efectuada por una mujer blanca que no vive en el bloque, menos aún en la zona, afirmando que dos hombres afro americanos estaban irrumpiendo en una de las casas caras de una calle adornada por árboles en línea, fuese no sólo falsa sino que resultase ser la casa de Gates. La llamada de la mujer era su deber como ciudadana de preservar la integridad del vecindario porque, después de todo, esto estaba sucediendo en la zona con código postal 02138, que es Harvard Square.

Y no importó que, una vez Gates mostrara su documento de identidad válido de Harvard, el incidente debería haber concluido inmediatamente. Y que, en vez de eso, el agente que lo arrestó llamara a la policía de la universidad de Harvard para verificar una vez más la ocupación por parte de Gates de su propia casa.

Y tampoco importó que el ladrón sospechoso fuera un profesor de Harvard, intelectual público y agraciado con el premio “genio” de la Fundación MacArthur. (Algunos dicen que este incidente sirve de cuento de aviso para aquellos que quieren ahora definir a los EEUU como post raciales tras la elección de Obama.)

¿Qué fue lo que tanto les preocupaba a la mujer blanca que llamó a la policía y al agente que lo arrestó que al final acabó esposando a Gates? ¿Fue el escándalo o quizá la violencia que sintieron al ver a este hombre negro desconocido en este área de Cambridge, de sobra conocida, profesional y de alto nivel económico, entrando por la fuerza en casa de alguien y no haciéndolo en el sitio problemático de la ciudad que se esperaba, Area 4?

La segregación en esta ciudad no es sólo de raza sino también de clase. Y los blancos de la clase obrera pobre, y los inmigrantes blancos, no experimentan la plenitud que su privilegio de piel blanca les permitiría abundantemente disfrutar si ellos, también, formaran parte de la clase profesional y/o adinerada de Cambridge.

Area 4 ha sido etiquetada como zona problemática de Cambridge, un área plagada de todos los problemas de la degradación urbana y con muy pocos recursos para suavizarlos. Como área densamente poblada, su media de ingresos por hogar es de 34.306 dólares según el censo de la ciudad en 2005. Harvard Square, por otra parte, tuvo como ingreso medio por hogar 79.533 dólares.

Area 4 es la que alberga la Central de policía de la ciudad. Y los agentes de policía blancos de Cambridge destinados a esta zona tienen descaradamente como objetivo y patrullan acosando bloques del vecindario y las actividades de los habitantes negros, hombres, viejos y jóvenes. Y sus razones para hacer esto pueden ser fácilmente atribuibles a la falta de financiación para formación en sensibilidad cultural en el presupuesto del Departamento de Policía de Cambridge. Pero estas razones reproducen tanto el horrible legado racial entre los dos grupos en este país como la explotación por parte de la clase dominante liberal de esta tensión, al afirmar que la raza no tiene importancia hasta que, por supuesto, un negro desconocido aparece en su vecindario.

La tensión aumentó entre Gates y el sargento James Crowley cuando Gates le dio la vuelta al guión. Como persona cuestionada, Gates ejerció también su derecho legal a preguntar:

“¿Esto está ocurriendo porque usted es un policía blanco y yo un hombre negro? ¿Es por ello que esta interacción todavía tiene lugar?”

Los cargos contra Gates fueron retirados. Pero muchos blancos de Cambridge, parloteando sobre este incidente, sienten que Gates se dio importancia a sí mismo, sintiéndose autorizado a explotar la baza del color de su piel.