KEPA ARBIZU
Lumpen
Mirando a Cheap Trick de una manera frívola y poco musical no habría dudas en denominarlos como una banda bizarra. Un ejemplo, echemos un vistazo al aspecto de sus cuatro integrantes. Dos de ellos, Robin Zander y Tom Petterson, con la clásica estética de rock star, pelos largos, ropa ceñida y pose desafiante. Otro con aspecto de yuppie relamido pero con un punto sospechoso, Bun E. Carlos. El último, y más delirante, con su gorra de béisbol americana, pajarita y vestimenta colorida (Rick Nielsen). La fotografía, de primeras, no parece muy halagüeña. Puede que incluso fuera ésta la causa de su mayor peculiaridad. El grupo alcanza sus cuotas más altas de éxito por el apoyo del mercado japonés, es allí donde son recibidos como dioses, incluida su propia legión de seguidores. Este hecho fue la causa de su posterior reconocimiento a nivel mundial, hasta entonces mucho más débil.
Todo esto está bien para hacer algo de historia y “literatura” con el grupo pero lo realmente importante es que pocos ha habido en la historia del rock que utilizando una amalgama de casi todos los estilos conocidos hasta la época, y junto a una letras entre lo absurdo, surrealista y descriptivas de una juventud poco realizada, consiguieran unas melodías tan pegadizas y contundentes.
Aunque su reconocimiento no llega hasta el fabuloso directo grabado en Budokan (Japón), uno de los mejores discos en este formato jamás realizado, ya en sus anteriores trabajos: “Cheap trick”, “In color” y “Heaven tonight” daban buena cuenta de su potencial, creando clásicos llenos de estribillos ligeros fácilmente tarareables por el público (“I want you to want me”) pero también haciendo demostración de su lado más salvaje con fuertes guitarras (“Hot love”). Antes de acabar los setenta, y sufrir un espectacular bajón nada más entrar en la siguiente década (norma habitual en un gran número de grupos), les da tiempo a grabar otro gran trabajo “Dream police”.
A partir de ese momento el grupo se sitúa en una inestabilidad notable. Altibajos considerables, bandas sonoras, carreras en solitario de alguno de sus miembros, discos que ni de lejos rozan la calidad de antaño, discrepancias con sus discográficas... No es hasta el año 2006 cuando dejan asombrados a todos con su “Rockford”, potente y sólido, se sitúa inmediatamente como una de sus referencias de mayor nivel. Y para demostrar que no se trataba de un espejismo ni de un buen momento pasajero este año publican “The latest”, otra muesca más en su sonido adictivo.
Hay que reconocer que a este disco le cuesta algo de tiempo arrancar y que no tiene ese primer golpe que te engancha irremediablemente como sí lo poseía su antecesor. “Sleep forever” es la apertura, un tema que sirve como introducción, corto y con un sonido extraño, no es un buen inicio. Seguido llega la versión del tema de Slade, “When the lights are out”, que recrea perfectamente la ambientación glam. A continuación, “Miss tomorrow”, pone un poco de freno a la euforia con un sonido cercano al AOR. Y por fin llega “Sick man of Europe”, pura adrenalina y contundentes guitarras que iguala el sonido duro de grupos actuales como Hives. Es el aldabonazo que necesita el disco para despegar y no parar. En lo relativo a canciones con parecida fuerza aparecen “Everyday you make me crazy”, “Alive” o la rockanrollera “California girl”.
Como dije al principio estamos ante un grupo que toma prestados muchos estilos y derivaciones del rock, en este caso la cuota de psicodelia la cumple con “Closer, the ballad of Burt and Linda” y sobre todo con “Times of our lives”, de claro regusto a los Beatles. También hay algunos momentos donde bajan las revoluciones, es el caso de la algo acaramelada “Smile” y en la acertada “Miracle”, que cuenta con algunos flirteos en la voz y guitarras que recuerda a Queen.
Cheap Trick perfeccionaron el arte de convertir la inquietudes juveniles , tanto en la forma como en el fondo, en grandes canciones de rock. Lo hicieron tanto por medio de contundentes guitarras y ritmos trepidantes como con sentimentales melodías. Con el paso del tiempo demuestran que no sólo no se les ha olvidado hacerlo sino que lo siguen realizando con una gran habilidad y talento.
Todo esto está bien para hacer algo de historia y “literatura” con el grupo pero lo realmente importante es que pocos ha habido en la historia del rock que utilizando una amalgama de casi todos los estilos conocidos hasta la época, y junto a una letras entre lo absurdo, surrealista y descriptivas de una juventud poco realizada, consiguieran unas melodías tan pegadizas y contundentes.
Aunque su reconocimiento no llega hasta el fabuloso directo grabado en Budokan (Japón), uno de los mejores discos en este formato jamás realizado, ya en sus anteriores trabajos: “Cheap trick”, “In color” y “Heaven tonight” daban buena cuenta de su potencial, creando clásicos llenos de estribillos ligeros fácilmente tarareables por el público (“I want you to want me”) pero también haciendo demostración de su lado más salvaje con fuertes guitarras (“Hot love”). Antes de acabar los setenta, y sufrir un espectacular bajón nada más entrar en la siguiente década (norma habitual en un gran número de grupos), les da tiempo a grabar otro gran trabajo “Dream police”.
A partir de ese momento el grupo se sitúa en una inestabilidad notable. Altibajos considerables, bandas sonoras, carreras en solitario de alguno de sus miembros, discos que ni de lejos rozan la calidad de antaño, discrepancias con sus discográficas... No es hasta el año 2006 cuando dejan asombrados a todos con su “Rockford”, potente y sólido, se sitúa inmediatamente como una de sus referencias de mayor nivel. Y para demostrar que no se trataba de un espejismo ni de un buen momento pasajero este año publican “The latest”, otra muesca más en su sonido adictivo.
Hay que reconocer que a este disco le cuesta algo de tiempo arrancar y que no tiene ese primer golpe que te engancha irremediablemente como sí lo poseía su antecesor. “Sleep forever” es la apertura, un tema que sirve como introducción, corto y con un sonido extraño, no es un buen inicio. Seguido llega la versión del tema de Slade, “When the lights are out”, que recrea perfectamente la ambientación glam. A continuación, “Miss tomorrow”, pone un poco de freno a la euforia con un sonido cercano al AOR. Y por fin llega “Sick man of Europe”, pura adrenalina y contundentes guitarras que iguala el sonido duro de grupos actuales como Hives. Es el aldabonazo que necesita el disco para despegar y no parar. En lo relativo a canciones con parecida fuerza aparecen “Everyday you make me crazy”, “Alive” o la rockanrollera “California girl”.
Como dije al principio estamos ante un grupo que toma prestados muchos estilos y derivaciones del rock, en este caso la cuota de psicodelia la cumple con “Closer, the ballad of Burt and Linda” y sobre todo con “Times of our lives”, de claro regusto a los Beatles. También hay algunos momentos donde bajan las revoluciones, es el caso de la algo acaramelada “Smile” y en la acertada “Miracle”, que cuenta con algunos flirteos en la voz y guitarras que recuerda a Queen.
Cheap Trick perfeccionaron el arte de convertir la inquietudes juveniles , tanto en la forma como en el fondo, en grandes canciones de rock. Lo hicieron tanto por medio de contundentes guitarras y ritmos trepidantes como con sentimentales melodías. Con el paso del tiempo demuestran que no sólo no se les ha olvidado hacerlo sino que lo siguen realizando con una gran habilidad y talento.