1372 Overton Park, Lucero (2009)


KEPA ARBIZU
Lumpen




Resulta obvio que estamos viviendo un buen momento para cierto tipo de rock americano. No parece factible que esa situación se pueda sustentar únicamente gracias al trabajo que realizan algunos nombres ilustres del género, más bien al contrario, lo que sí parece la causa real es la existencia de una base formada por grupos que, sin grandes nombres, atesoran gran calidad a lo largo de los años. Uno de los más reseñables es Lucero.

Originarios de Memphis, pasan por ser uno de los representantes más “duros” de dicho género. Cuentan con un poso eminentemente country-rock, pero también, con una fuerte pegada a base de guitarras crudas que les hacen rallar, en ocasiones, con el punk. Liderados por Ben Nichols, compositor, guitarrista y cantante, es en esto último donde destaca y consigue ser una de las marcas del grupo, gracias a su tono de voz robusto y desgarrado. Tanto es así que no ha desaprovechado la oportunidad de sacar, este año, un EP en solitario, dando rienda suelta a su lado más reflexivo y clásico.

1372 Overton Park es el título del nuevo disco de Lucero. La dirección a la que hace referencia es además del lugar donde residían ellos mismos hace algún tiempo, un lugar por el que se movía habitualmente Elvis Presley. En esta ocasión el productor ha sido Ted Hutt, antiguo componenete del grupo irlandés de punk-folk Floggin Molly, conocedor perfectamente de este tipo de música gracias a sus trabajos con gente como Gaslight Anthem, Tim Easton o Chuck Ragan.

Pero la gran novedad de este trabajo se centra en el sonido “soul” que se suma a las influencias habituales del grupo, Drive by Truckers, Bruce Springsteen, Replacements. En parte es debido al influjo que en ellos ha creado grabar en los míticos Ardent Studios, pero también, y principalmente, por la colaboración de personajes de la talla de Jim Spake, habitual en las bandas de genios como Al Green, Ray Charles, etc. Con esos mimbres es mucho más fácil captar el sonido de Memphis, y más, si a eso le añadimos la pericia que demuestran Lucero.

“Smoke”, el tema inicial, se limita a continuar la senda del grupo en todos estos años. Puro rock americano, con sabor a clásico, guitarras duras y la rotundidad que ejerce el tono de voz de Nichols. Es en “What are you willin to lose?” donde la sección de metales toma protagonismo y el mencionado estilo toma un nuevo sabor. De igual manera sucede con “Sounds of the city” y en la magnífica y sureña “Sixes and sevens”.

Aunque es más que evidente el nuevo matiz en sus temas, no renuncian a esas adrenalíticas canciones típicamente suyas. A causa de “Johnny Davis” y “Halfway wrong” es imposible no mover los pies en respuesta a la andanadas que infligen. Más setenteros, al estilo de los Diamond Dogs, suenan en “The devil and Maggie Chascarrillo”.

Pero como han demostrado a lo largo de los años, Lucero no sólo son intensidad expresada en fuerza, sus sentidos medios tiempos al estilo de, por ejemplo, Drive by Truckers, también poseen su sello. “Can’t feel a thing”, “Hey darlin’ do you gamble?” y la estremecedora “Darken my room” son unos ejemplos perfectos de la facilidad que tienen para mantener la tensión. “Goodbye again” y “Mom”, la que cierra el disco, son los dos momentos más relajados y melosos que aparecen. La primera con un aire a balada soul y la sigiuente algo más cruda, tal y como haría alguien como Patterson Hood.

Lucero siempre ha sido una banda, como otras tantas de su generación, que llevan a sus espaldas mucho de la tradición americana. Hasta ahora se habían dedicado especialmente a dotarle de fuerza rockera a esa herencia. Es en este 1372 Overton Park, cuando deciden dejar pasar aires de soul a sus composiciones. Como siempre, lo importante no es lo que se haga sino cómo se haga, y hasta ahora ellos nunca han defraudado, no es su nuevo trabajo una excepción.