"I and love and you", Avett Brothers (2009)


KEPA ARBIZU
Lumpen




No es habitual encontrarse con que la fama recaiga más sobre el productor de un disco que sobre el propio grupo que lo realiza. En este caso, si por un lado hablamos de Avett Brothers y por otro de Rick Rubin, muy probablemente este segundo tendrá más seguidores, o conocedores, que los primeros.

Precisamente este hecho, además del fichaje de los norteamericanos por un sello importante (American Recordings /Columbia), que les dotará de mayor difusión, eran dos acicates que incrementaban las ganas de escuchar su nuevo trabajo. Esas ganas nacen principalmente del hecho de que desde el año 2000, momento en el que inician su carrera, no han dejado de evolucionar en su sonido, llegando a crear una obra tan atractiva como su anterior disco, “Emotionalism”, donde su folk oscuro adquiere mayor densidad.

Una vez dicho esto y tras la escucha de “I and love and you”, su nuevo trabajo, me asoman algunas pegas. Primordialmente surgen de la confirmación de que en música, mucho y más no siempre es sinónimo de mejor. Ni una pega, técnica, se le puede poner al modo de introducir instrumentación (piano, cellos y violines principalmente) en el tipo de composiciones que realizan los Avett Brothers. Sus voces están fantásticas, tanto cuando suenan en solitario como cuando se juntan y resultan perfectamente empastadas a disposición de la melodía. Ahora bien, por el camino, el grupo ha perdido algo de lo que era su encanto y principal atractivo. Esa manera minimalista, casi árida de entender el folk-country, en la cual no era necesario más que el banjo y la guitarra principalmente para conseguir emocionar. Ese sentimiento creo que aquí ha disminuido algo. No me atrevo a decir si la “culpa” es de su nuevo y flamante productor, pero el resultado es el que es.

Explicado lo cual, tras esa portada, tenebrosa pero atrayente, el disco esconde esas melodías que han hecho de Avett Brothers un grupo muy admirado. Su mirada lúgubre musical, sus letras llenas de personajes desubicados y sentimientos radicales, les hace formar parte de una liga de grupos, como por ejemplo Felice Brothers o Two Gallants , que de muy diferentes maneras utilizan esa bazas.

“I and love and you", además de dar nombre al disco, también sirve como ejemplo del “nuevo sonido” del grupo. Sus melodías ásperas típicas de folk, en este caso, aparecen provistas de un traje musical donde el piano alcanza un papel preponderante mientras que el progresivo aumento de instrumentos añade fuerza al tema. “Laundry room”, “I'll with want”, “Head full of doubt/Road full of promise” y “The perfect space” utilizan los mismos medios, siendo las dos últimas las más logradas de todas ellas.

Todavía se hace más patente, ese cambio ya advertido, en algunos temas que directamente llegan a coquetear con ritmos mucho más pop. “Kick drum heart” es una extraña mezcla donde un ritmo juguetón de piano queda durante momentos interrumpido por arrebatos dramáticos. “Tim man” es mucho más templada pero también se mueve en unos parámetros algo más melódicos de los habituales, esta vez es la guitarra la dominante. "Slight figure of speech” también es movida, pero mientras que las anteriores no las considero canciones mayores, el recuerdo tan presente de Violent Femmes que existe en ésta, la hace sonar fresca y sugerente. “And it spread”, uno de los mejores temas del disco, fusiona con perfección la fuerza que alcanza por momentos el acompañamiento musical con el dramatismo que emana de la voz.

También hay que mencionar aquellos temas compuestos con la vista puesta en moldes más tradicionales, sin tantos aditivos orquestales. Así por ejemplo el folk-country, a base de banjo y guitarras, que realizan en “January wedding”, transmite una placidez digna de mención, algo parecido a lo que sucede a “Ten thosusand words”.

A la larga no es importante si el método con el que Avett Brothers emocionaba al oyente ha cambiado mínimamente. Lo verdaderamente reseñable, y aceptando que este disco está por debajo del sobresaliente “Emotionalism”, es que siguen dando en la diana y sabiendo cómo hacer perdurar sus melodías en la memoria de todo aquel que se acerque a sus canciones.

Justificar a ambos lados