"By a thread", Gov't Mule (2009)


KEPA ARBIZU
Lumpen




A pesar de la fama que ha obtenido un juego que intenta transmitir la magia de ser un guitarrista no vivimos una época en la que aparezcan (los que existen no consiguen traspasar la barrera de un público minoritario) ese tipo de músicos capaz de hacer todo tipo de virguerías con la guitarra y a la vez ser un compositor de calidad. Warren Haynes pertenece a ese selecto grupo.

Componente de los míticos Allman Brothers es Gov’t Mule su proyecto personal y más consolidado hoy por hoy. Surgidos como una banda paralela en un momento de parón, han conseguido conformarse como un power trío (convertido en cuarteto en los últimos discos) de blues-rock contundente con influencias de otros sonidos como la psicodelia o el hard-rock, y donde mucha de su fuerza e inspiración se basa en los directos.

El grupo sufre el revés de perder a su bajista, Allen Woody, debido a su fallecimiento. A partir de ese momento su puesto ha sido ocupado por diferentes músicos pero ninguno ha permanecido mucho tiempo, de hecho en este nuevo disco descubrimos al recién llegado en esa posición, Jorgen Carlsson.

Creo hablar por boca de casi todos los aficionados al sonido del grupo al decir que sus dos últimos discos, sobre todo el muy desafortunado intento de pasarse al reggae en “Mighty High”, habían dejado un sabor de boca no excesivamente satisfactorio para el nivel que se les espera. Así que “By a thread”, de antemano, tenía la labor de intentar subir el ánimo a sus incondicionales.

El inicio con “Broke down on the Brazos” es muy esperanzador. Los poderosos riffs de Haynes y su potente voz están acompañados de un vibrante ritmo de bajo. Hay que sumar, además, la colaboración estelar de Billy Gibbons, miembro de ZZ Top. Todo esto sirve como aviso para alertar al oyente de que se puede encontrar ante un gran disco . “Steppin’ lightly”” es un blues rock musculoso al estilo de Free que permite mantener el nivel. “Railroad boy” continúa con el mismo estilo pero añadiéndole toques más “folkies” y psicodélicos, el resultado final es algo caótico. Esa misma sensación, mezclas no muy bien rematadas, pero aumentada, me surge con la extrañísima “Monday mourning meltdown”.

Los momentos lentos y románticos se inauguran con “Gordon James”, bonito tema perfectamente interpretado. “Forevermore” trabaja más la épica, y para ello se ayuda de diferentes arreglos. Aunque la melodía resulta muy atractiva el resultado, de nuevo, vuelve a pecar de excesivo, algo que también percibo, en menos medida, en la setentera y algo psicodélica “Scenes from a troubled mind”. “World wake up” se encarga de cerrar el disco. Una composición muy melancólica donde todos los instrumentos se desviven para apoyar esa sensación consiguiendo un buen resultado.

Junto a los dos temas iniciales creo que lo mejor del disco llega con “Inside outside woman blues #3”, un blues trepidante donde Warren Haynes demuestra todo su talento y fuerza y con “Any open window”, de un sonido plenamente hendrixiano.

Así pues el resultado final no es tan satisfactorio como en un primer momento se podía sospechar. Evidentemente Gov’t Mule es un grupo de sobrada categoría y cualquiera puede gozar de música, más todavía aquellos que gusten de sonidos setenteros con el blues y el rock como ingredientes, y disfrutar con este buen disco. El problema es para todos aquellos que hemos disfrutado tanto con sus primeros trabajos, hasta el “Déjà Voodoo”. Tenemos sensación de nostalgia y mientras que en épocas pasadas era imposible despistar nuestros sentidos de sus composiciones, hoy en día aparecen momentos en que uno siente la necesidad de acortar el tema o resolverlo de otra manera. Dicho todo esto repito, estamos ante un buen disco...pero no es lo de antes.