Controlados por los grandes servidores

SIMONE SANTINI
Diagonal



Este ataque al peer to peer (p2p) tiene mucho sentido desde el punto de vista del control de la información. Por su naturaleza, el p2p descentra la información y la difunde en millones de sitios y de copias, imposibilitando su control. Si la información es poder, esta amenaza sirve para derrumbar la estructura jerárquica, muy centralizada, y por tanto fácilmente controlable, del poder en internet, transformándola en una red difusa de micropoder que escapa a cualquier control central. Esta batalla para el control de la red se libra a nivel político-legal, económico y mitológico. En el nivel mitológico, se intenta proponer la situación actual de la red como natural, históricamente radicada y hasta inevitable, al mismo tiempo que se propone el p2p como la ruptura de un orden que se ha establecido desde los comienzos de la red. La realidad, pues, es más compleja y articulada.

Desde sus comienzos hasta alrededor de 1998, la red se basaba en técnicas más sencillas que las de hoy, y que le daban una estructura mucho más parecida a una red p2p que a la red estructurada y jerárquica que ha evolucionado en los últimos años. En la web preindustrial, el navegador y el servidor [ver recuadro] eran programas relativamente sencillos, adaptados a los usuarios de entonces, que eran en mayoría estudiantes universitarios u otros usuarios con buenos conocimientos de informática.

Entonces, prácticamente todos los usuarios web tenían en su ordenador un navegador y un servidor. Es decir, tenían datos (bajo la forma, entonces, de ficheros y páginas web) que compartían con los demás usuarios de la web. Se trataba, pues, de una estructura sin centro y sin concentración de datos que, alterando un poco la definición de Deleuze y Guattari, podríamos asimilar a un rizoma.

En los años siguientes, a medida que la red se extendía más allá de su entorno técnico originario, los navegadores y los servidores tomaron dos caminos distintos. Por un lado, los navegadores se adaptaron a los nuevos usuarios, haciéndose más simples de usar e instalar. Por otro lado, los servidores se hicieron más complejos de instalar y gestionar, fuera del alcance de cualquier usuario de internet.

Una causa clave de esta transformación fue el irrazonable éxito de Yahoo a finales de los años ‘90. Esta empresa, que no había desarrollado nada, que tampoco poseía patentes o tecnología, llegó a ser valorada 40.000 millones de dólares. Las empresas de capital riesgo, que hasta entonces no habían prestado demasiada atención a la red, comprendieron que su rentabilidad pasaba por la jerarquización de los datos, y por su creciente concentración. Hoy, el símbolo físico de este fenómeno es la server farm que Google ha creado en Oregon (EE UU): tres naves industriales llenas de ordenadores y una cuarta que contiene el sistema de disipación del calor producido. Un servidor web de proporciones colosales con datos sobre miles de millones de páginas web.

Esta tendencia a la concentración se acentuará aún más con nuevas técnicas como la web semántica. En este caso se intenta poner en los servidores no sólo los documentos, sino también una formalización de su significado. Los servidores de la web semántica son muy complejos, y podrán no sólo acentuar la jerarquización de la red, sino también abrir el paso a un control y hasta un copyright del significado.

¿Volver a la red horizontal? La comunicación de red también favorece esta estructura jerárquica. La casi totalidad de internautas con conexión de banda ancha usan el llamado ADSL, es decir, la conexión digital asimétrica. Esto quiere decir que la descarga de datos de un servidor al navegador es muy rápida pero la transferencia en sentido opuesto es mucho más lenta. Esta situación, claramente, no favorece la distribución de los datos, ya que descargar datos de un usuario es mucho más lento que descargarlos de un servidor comercial.

Volver a la red horizontal supone problemas técnicos y políticos. Entre estos últimos, hay que presionar a las empresas de telecomunicaciones para que dividan ecuánimemente la banda en los dos sentidos de comunicación, ofreciendo a precios asequibles los protocolos existentes de DSL simétrico. Los problemas técnicos son reales pero, en general, de solución relativamente sencilla.

La cuestión fundamental es darse cuenta a nivel público, que la web horizontal (o p2p) no es un cambio violento de la naturaleza de internet. Al contrario, se trata de una vuelta a los principios que presidieron a su creación y que fueron violados, hace diez años, por la web comercial.