Antonio Arias: "Si no te lanzas al vacío no sabes cuánto tiempo aguantas en el aire"


El cantante de Lagartija Nick debuta en solitario con 'Multiverso'. El álbum, que habla sobre Astronomía, se grabó parcialmente en el observatorio de Calar Alto, en Almería. Asegura que le encantaría viajar al espacio, pero que es "miedica"


MIRENTXU MARIÑO
20 Minutos




Su banda le ha aupado muchas veces hasta tocar el cielo, así que ahora ha decidido quedarse en él un rato. Antonio Arias, líder de Lagartija Nick, debuta en solitario con un experimento científico llamado Multiverso, un disco grabado en parte en el observatorio astronómico de Calar Alto (Almería) que pone música a poemas y estrellas. Es su forma de contribuir al Año Internacional de la Astronomía (AIA).

¿Cómo sienta lo de volar solo?

Me apetecía mucho, pero más que trabajar solo, trabajar al revés. Con un grupo la dinámica natural es, por ejemplo, grabar primero las bases a ciegas, sin ver la estructura de la canción; cuando se hace al revés, puedes verla hasta el final e incluso grabar varias baterías, algo que me apetecía mucho. Estando solo se pasa más miedo y piensas que te va a salir mal, que se va a torcer o que vas a perder la pasta, pero también es verdad que si no te lanzas al vacío no sabes cuánto tiempo aguantas en el aire.

Aunque llamó a Jota de los Planetas, a Lori Meyers…

Soy un poco corporativo, siempre llamo a los mismos. De todas formas hace poco, en Granada, he colaborado con unos bajos en el último disco de Jota y esta gente. Siempre hay una comunicación y un rollo bastante bueno entre nosotros. Estoy muy satisfecho y muy contento con el resultado.

¿Y su grupo?

En Lagartija hemos tenido tres o cuatro años muy fuertes y no era necesaria una sobreexposición, la cosa se puso seria. Supongo que querrían haber tenido más presencia en Multiverso y tampoco iba a dejarlos de lado. Tenemos proyectos para marzo o abril del año que viene, pero aquí encontré una hueco para lo que yo quería, algo más pequeño, que se pudiera barajar con las manos. Lo hemos pasado fenomenal.

Su proyecto era algo complejo…

Hasta que esto no se lleva en las manos hay mucho de "no va a salir", pero al final tiras para adelante. Me cuidé bien de tener una buena base con los poemas, de una calidad de texto muy alta: difícil sería que nos los cargáramos. Hablé con los implicados, con Natalia Carbajosa, José Emilio Pacheco, etc. y les mandé los temas, pero no para pedirles permiso, sino porque podía aprender muchísimas cosas. A veces necesito parar un poco, aprender y tener recursos para escribir las letras, que es lo más complicado. Ya lo decía John Lennon, cuando tienes algo que decir ya está hecha la canción.

¿Se ha financiado usted la aventura?

Empecé financiándola, quería imponer mi ritmo a la hora de editar y componer. Pero luego me asocié enseguida con la compañía, llega un momento en el que si quieres que las cosas salgan a tu manera… En cualquier caso, es un proyecto que sale más por las ganas que por ningún sistema de mercado, no ha habido ninguna presión. Tuve esa libertad y el milagro ha ocurrido.

¿Todo se lleva mejor si uno mira a las estrellas?

Hay una filosofía desde la atmósfera para abajo y otra desde la atmósfera hacia arriba. No sólo me interesaba cantar de forma poética con lenguajes futuristas o astronómicos, sino que lo que cantase fuese cierto, que los fenómenos fuesen verdad.

No es la primera vez que habla del Universo.

Había un disco de Lagartija Nick donde ya hicimos un conato entrando en contacto con Pedro Duque. Ya habíamos utilizado este lenguaje para expresar situaciones personales, interiores o bastante cotidianas, pero no para hablar de lo que en realidad ocurre fuera. La visión de Stanley Kubrick es la de un universo estático, como una balsa de aceite, en donde no ocurre nada, basado en la ciencia ficción filosófica. Sin embargo, gracias a José Antonio Caballero, astrónomo que me ha ayudado en el disco, vi que existe un movimiento frenético en la galaxia. Fuera de la luz de la ciudad hay un universo que está devorando continuamente y regenerándose.

¿Esto le viene de pequeño?

Siempre hemos visto ovnis donde había globos sonda; siempre me ha interesado mucho, sobre todo el querer ser un pionero de esos que salían en las series de aquellos tiempos. Lo que pasa es que ahora la labor de los astronautas es muchas veces la de fontaneros del espacio, arreglar y cambiar las pilas. Hay una canción del disco, Laika, en la que sientes pena por el perro a pesar de que hay mucha gente que ha muerto en el espacio, en naves como el Apolo. Hay una épica bastante gloriosa en todo esto.

¿Sabe que ya puede comprar su billete con Virgin para ir al espacio?

Sí, y no son caros… (risas). Debe ser impresionante, pero yo en el fondo soy bastante miedica, y cuando estoy en Argentina pienso que no voy a poder volver a mi casa, que algo pasará, así que imagínate desde el espacio... Richard Branson es otro visionario que nos quiere cercar el Universo. Parece que la Tierra tiene cataratas, sólo ve a través del Hubble y los telescopios que están fuera de la atmósfera, que además está contaminada por la luz, el cambio climático, etc. Así que es muy difícil explicar algo que cada vez se aleja más de nosotros.

¿Cómo es grabar en un observatorio?

Me ha parecido una experiencia única, porque no conozco ninguna grabación que se haya realizado allí. Gracias a Caballero pude acceder a Calar Alto y grabar tres temas. Por otro lado, una de las ventajas de ser músico es que puedes sentir la fuerza del sitio, la fuerza telúrica de la Tierra en ese momento. Es un templo a la tecnología en el que se busca, en un cierto modo, a un dios ecuación, que no quita al que todos conocemos. Estar allí redimensionaba las letras, que ahora comprendo mejor: no anuló mi visión fantasiosa del asunto, sino que la tridimensionalizó.

Se ha hecho un master en Astronomía…

Estoy en ello, pero es más palique que otra cosa.

¿Impactará este disco como lo hizo Omega?

Fue un disco parecido a este porque cogió vida propia y se desarrolló, ha ido creciendo y creciendo, pero el calado de Omega es distinto, porque ha llegado a la cultura popular de una manera muy fuerte. Lo seguimos interpretando después de 15 años, le ha tocado a mucha gente el corazón, aunque con la voz de Enrique Morente es fácil. Yo ahora no pretendía eso, en absoluto.

¿Se ha implicado en algo más con el AIA?

Intento arrimarme, meterme donde no me llaman. Es un tema que me apasiona, pero en soledad no creas que se avanza mucho. Yo tengo un telescopio, pero vivo en un tercero y eso me impide ver cualquier cosa. Y aunque lo vea, necesito alguien que me lo explique.