'Hollywood contra Franco' retrata la visión de la contienda en el cine de EEUU. Utiliza fragmentos de clásicos del celuloide como material documental
ELENA MENGUAL
El Mundo
A pesar de la política de no intervención mantenida por EEUU, la Guerra Civil española no pasó inadvertida en Hollywood. Decenas de películas recrearon, mencionaron o se inspiraron en la contienda ibérica, que se convirtió en el primer conflicto bélico mediático y en antesala de la II Guerra Mundial. Éste es el eje de 'Hollywood contra Franco', 'ópera prima' del catalán Oriol Porta, que llega a las pantallas el próximo 16 de octubre.
Franklin D. Roosevelt se escudó en el "pacifismo estadounidense" para justificar la neutralidad de su país. Una posición que secundaron buena parte de los estudios, si bien hubo un grupo de cineastas que, insatisfecho con tal tibieza, llevó su visión del conflicto al cine.
Guionistas, escritores, actores y realizadores que hicieron de la pantalla su frente de batalla, y a los que su compromiso acabaría pasando factura durante el Macarthismo. Es el caso de Walter Bernstein, uno de los entrevistados en el documental de Porta. Guionista y escritor, sufrió la 'caza de brujas' y, años después, se tomaría su revancha con la película 'La Tapadera', protagonizada por Woody Allen.
Juego entre la realidad y su representación fílmica
Este filme es uno de los 50 que aparecen en 'Hollywood contra Franco'. Escenas míticas del celuloide que actúan como "material de archivo", dando lugar a un "juego formal entre la realidad y su representación fílmica", explica el director. Un juego que sirve para corroborar la tesis defendida por Porta: "La Historia se construye a través de versiones de la Historia".
Es el caso de películas como 'Casablanca', en las que el pasado de Rick como brigadista en la Guerra Civil contribuía a construir el personaje y darle un carácter romántico. Un matiz que, sin embargo, se perdió en el doblaje al castellano, que prefirió situarlo en la defensa de Austria en 1938.
No es la única huella de la censura franquista en el cine de la época. Filmes como 'Bloqueo' ni siquiera fueron estrenados. Otros, como 'Y llegó el día de la venganza' se toparon con tantos problemas que llevaron a Columbia a terminar cerrando su sucursal en España. Películas que criticaban el no intervencionismo y denunciaban los ataques a la población civil, como lo haría unas décadas más tarde el personaje de Barbra Streisand en 'Tal como éramos'. Y en el lado opuesto, filmes como 'Por quién doblan las campanas', en los que la guerra no es más que el escenario de una historia de amor, y cuya tibieza fue duramente criticada por el sector más izquierdista de Hollywood.
La historia de Alvah Bessie sirve de hilo conductor en este ambicioso filme. Tras combatir con las tropas republicanas en España, regresó a Hollywood, donde retomó su trabajo como escritor y guionista hasta que la 'caza de brujas' se interpuso en su camino. Citado por el Comité de Actividades Antiamericanas, se convirtió en uno de 'Los 10 de Hollywood', cineastas que se negaron a declarar ante esta comisión, por considerar que obligarles a revelar su ideario político sobrepasaba las competencias del organismo.
La construcción del filme, un calvario
Oriol Porta, licenciado en Historia y Geografía, comenzó el proyecto hace ya nueve años. "Pensé: que este tema que nos afecta a nosotros no nos lo tengan que explicar otros". No podía imaginarse entonces que sacar la película adelante le costaría tantísimo trabajo. "Se trata de un proyecto sobredimensionado para una pequeña productora de Barcelona (Àrea de Televisió)", especialmente por su complejidad económica y legal: el tema de los derechos de las películas ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza.
"Prueba de las dificultades a las que se ha enfrentado esta película", explicaba Ramón Gubern, catedrático de cine de la Universidad Autónoma de Barcelona, y uno de los entrevistados en el filme, "es que la fundación que controla los derechos de Charles Chaplin prohibió un plano en el que se ve al actor en la terraza de un bar junto a un cartel que versa: 'Los nazis bombardean Guernica'. La fundación entendió que se utilizaba políticamente la figura de Chaplin, y prohibieron su uso. Esto demuestra que trabajar con la memoria es aún un tema delicado".
Superadas las dificultades de producción, llegaron las de la distribución: sólo una compañía apostó por la película, y únicamente con dos copias. Porta no dio su brazo a torcer, y decidió ocuparse también de estas labores. Su tesón ha logrado que el filme —premio al mejor documental en el Festival de Cine de Nueva York— se estrene comercialmente la próxima semana en una veintena de salas. "El 40% de las películas que se hacen en España no llegan a la pantalla, por lo que me decía que si la mía no lo conseguía, no habrá sido por mi tozudez. Esto es un drama, pero estoy contento de que la película haya podido salir finalmente".
Presencias y ausencias
Además del testimonio de Dan Bessie, hijo del protagonista, el filme cuenta con intervenciones de Susan Sarandon, Arthur Laurent, Patrick McGilligan y Román Gubern.
Porta, que se ha declarado "enemigo del cine concebido únicamente como espectáculo", lamenta no haber podido contar con Lauren Bacall en la película. Al parecer, la actriz rehusó participar para evitar "excavar en la 'caza de brujas' y especialmente en el papel de su marido, Humphrey Bogart", cuyo compromiso político no fue tan firme como habría cabido esperar.